martes, 11 de septiembre de 2012

Nueva derrota británica


Nueva derrota británica


El nuevo día ha traído consigo la reanudación del combate en Kvam. A primera hora de la mañana la Wehrmacht ha desatado un nutrido fuego de artillería contra las posiciones británicas. Luego, a las 6:30, un batallón alemán se ha lanzado sobre su flanco izquierdo. Al tercer intento hemos logrado sobrepasarlo, alcanzando la llanura superior.

Entorno de la localidad de Kvam, escenario del combate.


A las 11 de la mañana el mismo batallón alemán ha lanzado un nuevo ataque y ha rebasado el flanco de la compañía británica más adelantada, lo que ha dejado amenazada la posición de una segunda compañía situada una milla más atrás.


Los ingleses han recibido todo el peso del ataque de la Wehrmacht, que en esta ocasión ha recibido el apoyo de la Luftwaffe, que ha atacado con fuego de ametralladora a baja altura y bombas, además de grupos adicionales de artillería. La lluvia de acero ha mantenido a los británicos en el fondo de sus improvisadas trincheras, permitiendo a la infantería alemana acercarse hasta sus posiciones y emplazar nidos de ametralladora a corta distancia.

Ametralladora alemana abre fuego contra el enemigo.


Hacia el mediodía se ha abierto una brecha en el centro inglés, que nuestros enemigos han logrado mantener a duras penas hasta que una ametralladora germana ha sido emplazada en un punto alto dominando la carretera de entrada al pueblo. Los ingleses, desesperados, han contraatacado con dos blindados que han sido destruidos al cabo de pocos minutos por nuestra artillería antitanque.


Llegado este punto, el estado de la posición británica no se puede calificar de otro modo que de precario. Nuestras tropas han conseguido infiltrarse por varios puntos y amenazado con separar a las diversas unidades enemigas. Las tropas alemanas han avanzado por el flanco izquierdo a través de una carretera secundaria y británicos han tenido que recurrir a esquiadores noruegos voluntarios para mantenerlos a raya.

Tropas alemanas, bajo fuego enemigo.


Finalmente, a las 5 de la tarde, el General Bernard Paget ha dado la orden de retirada a una línea de retaguardia. Los ingleses tenían pensado iniciar la retirada a las 11 de la noche, pero nuestras tropas han incendiado el bosque cercano y obligado a los británicos a abandonar Kvam apresuradamente en dirección norte, hacia Kjörem.
¡La victoria es nuestra!                                                 Los ingleses son testarudos. Desde que fueron desalojados de Lillehammer han ido atrincherándose en una posición defensiva tras otra, y una vez tras otra los hemos desalojado a cañonazos. El capítulo de hoy de esta crónica de una derrota anunciada ha tenido lugar en la localidad de Kjörem.

Acción en Kjörem.


En Kjörem, la carretera y vía de ferrocarril siguen discurriendo por la orilla izquierda del río Laagen, pero el valle es mucho más estrecho. Los británicos se han atrincherado en la carretera y ha situado sus tropas por delante en ambas orillas del río, con patrullas situadas entre los bosques altos.


Las tropas del General Pellengahr han llegado por la carretera hacia las 8:15 de la mañana. En seguida han desplegado ametralladoras y morteros, no sólo a lo largo de la carretera sino también en la orilla derecha (desde el punto de vista de los ingleses) del río, con lo que han podido someter a ambos flancos de la posición británica a un fuego cruzado terrible.


Una posición británica adelantada, que contaba para su protección con un bosque, se ha retirado cuando los morteros alemanes han logrado incendiarlo. Para cuando los británicos se han decidido a contraatacar, nuestras tropas ya habían asegurado la posición con tanques y ametralladoras. No obstante, los británicos han establecido una nueva línea más atrás que ha logrado resistir hasta el anochecer.

Soldados alemanes toman posiciones en una colina.


Las tropas británicas en la orilla derecha, sin embargo, han quedado expuestas a un fuego cruzado mortífero y a las 6 de la tarde los británicos han iniciado la retirada, que ha terminado a las 10 de la noche. A las 11 de la noche han hecho lo propio las tropas británicas de la orilla izquierda, complicada porque nuestros soldados dominaban las alturas detrás de ellos.


Es decir, los británicos han resistido con desesperación, pero una vez más las tropas alemanas los han rodeado por los riscos nevados, han rebasado a los defensores e infringido graves pérdidas. Una de las unidades británicas que ha tomado parte en los combates y que al inicio del día se hallaba compuesta de 700 hombres, ha sufrido casi 400 bajas.


El General Británico Bernard Paget ha solicitado con urgencia a Londres otra brigada de infantería, más artillería antiaérea y apoyo aéreo efectivo. Sin ellos, se siente incapaz de mantener ninguna posición durante más de dos días. De entrada, las órdenes que ha recibido no han podido ser más halagüeñas: resistir a toda costa en Otta, diez millas al norte.Los primeros destacamentos de la 15ª Brigada de Infantería británica desembarcaron de cruceros y destructores en los puertos de Molde y Åandalsnes durante la noche del día 23 de abril. El propio Comandante de la Sickleforce, el General Bernard Paget, forma parte de la unidad.

Tropas británicas desembarcan en Åandalsnes.

Los 3.800 hombres de la Brigada, enviada apresuradamente para remediar el desastre que la 148ª Brigada ha sufrido en Tretten, se compone de tres batallones del ejército regular. Uno de ellos ha servido en Palestina hasta 1939 y tiene experiencia en combates en terrenos montañosos. De hecho, la 15ª Brigada ha sido entrenada para luchar en cualquier sitio… excepto en las profundas nieves de Noruega.


A pesar de carecer casi por completo de cobertura aérea, la fuerza británica ha partido de inmediato en ferrocarril a través de Dombås hacia el valle del Gudbrandsdal, donde ha tomado posiciones en la localidad de Kvam, 35 millas al sur de Dombås.

Localidad de Kvam, vista desde un punto al norte de la iglesia.


Las fuerzas alemanas, después de dislocar la oposición británica en Tretten el pasado 23, han continuado su ascenso imparable hacia el norte a través de los valles del Österdal y del Gudbrandsdal. Los británicos se han aprestado para el encuentro en Kvam.


La vía de ferrocarril y la carretera hacia el norte por la que los británicos han esperado la llegada de nuestras tropas discurren a lo largo de la orilla occidental del río y de un abrupto meandro al final del cual la carretera se sumerge en el pueblo de Kvam. Las faldas de la montaña por este lado se encuentran salpicadas de granjas y el lado más alejado parece cortado a pico.

Posición defensiva inglesa en Kvam.


El jefe de Brigada Smyth ha situado su Cuartel General en el centro del pueblo a cierta distancia de la iglesia y ha dispuesto sus dos compañías más adelantadas cubriendo la carretera. Ahí han aguardado las fuerzas alemanas que habían aniquilado la 148ª Brigada en Tretten y sus presumibles refuerzos. De hecho, la Wehrmacht avanza con siete batallones de infantería, incluyendo uno de tropas de montaña y dos baterías de artillería así como un batallón de ametralladores motorizado y unidades menores que, a pesar de la estrechez de las carreteras, el deshielo y los puentes destruidos, suponen un reto inabarcable para los bisoños británicos.


Una columna alemana, encabezada por un tanque medio un tanque ligero y un vehículo motorizado, ha llegado finalmente a Kvam hacia las 11:30 de la mañana. El fuego de un cañón antitanque inglés los ha hecho detenerse, pero la infantería alemana se ha desplegado en seguida a ambos lados de la carretera y sus cañones de apoyo han entrado rápidamente en acción, ocasionándoles a los británicos importantes bajas. Para las 4 de la tarde una de las compañías británicas adelantadas, habiendo perdido cuatro oficiales y ochenta y cinco soldados, ha sido forzada a retroceder media milla donde una segunda compañía se hallaba apostada.

Tropas de montaña alemanas se abren paso.


Las tropas alemanas han tratado de rebasar esta segunda posición pero los ingleses, bien atrincherados, han conseguido resistir y hacia las 5:30 de la tarde una nueva compañía inglesa los ha reforzado, permitiéndoles mantener y reorganizar sus posiciones hasta el anochecer.


Mañana será un nuevo día. Mañana, ¡Inglaterra caerá!

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