martes, 29 de mayo de 2012

El camino de la guerra..David Irving..

Hay que reconocer a Hitler un gran ingenio para suponer el porvenir y para querer hacer más cómoda la vida. En su mente siempre surgían nuevas ideas para una vida más fácil. Muchas de estas ideas las citaba en sus largas conversaciones de sobremesa. Por ejemplo, opinaba que el tiempo de construcción de una casa era demasiado largo. Lamentablemente esto sigue ocurriendo en la actualidad. Para el Führer el tiempo de construcción no debería pasar de los tres meses. Pensaba que la tecnica debía ayudar en ese empeño. Las tareas del hogar se le antojaban muy incómodas y quería que el ama de casa debía verse descargada de trabajos que hacen perder el tiempo. Decía que los colegios de los niños debían de estar muy cerca de casa y que la madre no tenía porqué llevarlos personalmente. También le parecía una pérdida de tiempo bajar la basura y subir el combustible. Incluso se le ocurrió que cuando sonara el despertador el café en la cocina empezara a calentarse. También era partidario de que cada casa tuviera su garaje a un precio muy asequible. Todo el estado del bienestar que disfrutamos hoy en día ya fue pensado por Hitler incluso sus pensamientos sobrepasaron lo que hoy conocemos. Realmente hay que reconocerle ese ingenio
Hemos hablado mucho sobre David Irving. Pero  uno de sus libros más famosos, El camino de la guerra. Voy a resaltar alguna frase significativa del libro:

- Hitler se convirtió en un dirigente más o menos político, descuidado e indeciso, que dejaba paralizados muchos asuntos de estado. Aunque a menudo se mostraba brutal e insensible, no tenía la habilidad de ser despiadado cuando más falta hacía. Se negó a bombardear Londres hasta que Churchill le forzó a tomar esa decisión a finales de agosto de 1940.

- Se opuso a todos los intentos de utilización de gases venenosos porque habría violado la Convención de Ginebra.

- El mayor problema que nos plantea dar un tratamiento analítico a la figura de Hitler, es la aversión que nos produce después de muchos años de propaganda bélica, y después de toda la emotiva historiografía de la posguerra.
- Ante el fenómeno del mismo Hitler, los historiadores son incapaces de comprender que era una persona normal y corriente, que daba paseos, que hablaba, que pesaba alrededor de setenta kilos, que tenía el cabello entrecano, casi todos los dientes postizos, y que sufría graves problemas digestivos. Para ellos Hitler es la encarnación del demonio, y así tiene que ser; sobre todo, por los sacrificios que tuvimos que hacer para destruirle.

- Al final, con una Alemania sumida de nuevo en la derrota, sus enemigos tuvieron que recurrir a unos métodos punitivos totalmente draconianos,, como juicios masivos, confiscaciones, expropiaciones, internamientos y programas de reeducación, para poder arrancar las semillas que Hitler había sembrado.

- Se puede decir muy poco con seguridad sobre el trato que había entre Hitler y Himmler. Este solía hacer listas, con su estilo pedante y torturado, con los temas que quería tratar con el Führer, a los que a veces añadía decisiones que Hitler tomaba en cada caso. Estas notas revelan la existencia de unos vacíos tan sorprendentes que podemos arriesgarnos a pensar que Himmler mantenía al Führer en la ignorancia de muchas de sus nefastas decisiones. 
- Estoy absolutamente convencido de que a un obrero le bastan diez minutos a la semana en compañía del Führer para multiplicar por diez su capacidad de trabajo. (Declaración de Fritz Todt).

- El sábado se convirtió en el día preferido por Hitler para dar sus golpes de teatro.

- Las primeras impresiones que Wilson comunicó a Roosevelt fueron sobre el carácter del rostro del Führer, las manos artísticas y delicadas, la sencillez, la franqueza y la modestia.

- Hitler dio instrucciones a Ribbentrop para que el ex canciller Schuschnigg recibiera un trato digno y se le proporcionara un refugio tranquilo en cualquier parte. Pero al cabo de unos años -como tantas otras órdenes de Hitler- esto acabó por olvidarse, y Schuschnigg fue internado en un campo de concentración hasta que le liberaron en 1945.

- Vemos a Hitler estudiando la posibilidad de fabricar cigarrillos sin nicotina; unos cuantos días después decide que no se fumará más en el Berghof.
- Este era el "dictador del pueblo": amigo de las artes, benefactor de los necesitados, defensor del inocente, perseguidor del delincuente.

- Cualquier miembro del personal de Hitler que tuviera la intención de casarse antes debía pedirle permiso, desde el más augusto mariscal de campo hasta el más humilde cabo.

- El mismo desfile de cumpleaños demostró la gran capacidad de resistencia física que tenía Hitler. Las tropas, los transportes, la artillería y los tanques, marcharon durante cuatro horas en medio de un gran estruendo por delante de la tribuna. Su secretaria Schroeder escribiría después "El desfile de ayer fue gigantesco y parecía que no acababa nunca... No dejo de preguntarme de donde demonios saca las fuerzas, porque debe de ser condenadamente agotador estar de pie saludando durante cuatro horas. Estábamos rendidos sólo de mirarle... por lo menos yo."
- Los archivos médicos que hay sobre él muestran que su sangre era del tipo A. Tenía la piel pálida y de textura fina; tenía el pecho y la espalda blancos y sin vello. El cráneo era pálido y simétrico, con una expresión que, según sus médicos, tenía "una intensidad que dominaba y cautivaba". El ojo izquierdo era un poco más grande que el derecho; tenía los ojos azules con una leve sombra de color gris. Siempre tuvo un poco de exoftalmia, salida de los globos oculares.

-"Era inconstante, unas veces inquieto y otras peculiar, distraía con facilidad. Emocionalmente era muy lábil; sus predilecciones y aversiones eran muy pronunciadas. El flujo de su pensamiento mostraba continuidad. Su forma de hablar no era lenta ni rápida y siempre era apropiada" No presentaba ningún síntoma común de demencia. Los médicos concluían diciendo que en Hitler "no estaban presentes alucinaciones, ilusiones, ni inclinaciones paranoicas".

- Este era el escudo que protegía a Hitler en 1939: era un dictador por consenso; a un asesino jamás le habrían perdonado ni comprendido. Esta férrea solidaridad entre el Führer y el pueblo persistió hasta el final, a pesar de lo que han fingido las generaciones posteriores.
- Desde febrero de 1938 el control del personal militar de Hitler se puso en manos de Rudolf Schmundt. Este coronel del ejército con orejas muy grandes y nacido en Metz hacía cuarenta y dos años había recibido una preparación impecable en un famoso regimiento de Potsdam, y se mostraba muy inclinado hacia el nacionalsocialismo. Tenía veneración por Ludwig Beck hasta que la disputa suscitad por el general contra el sistema de mando del OKW hizo imposible que siguiera con aquella admiración. Desde junio de 1937 el ayudante de Hitler para la Luftwaffe fue el capitán Nicolaus von Below, un tranquilo pomerano de treinta y un años que había recibido en secreto un entrenamiento de vuelo en Lipetsk, en la Unión Soviética, y que en 1935 se convirtió en el ayudante del escuadrón de Richthofen. A partir de mayo de 1938 Hitler tuvo como ayudante del ejército de tierra al capitán de treinta y tres años Gerhard Engel; con su descaro y buen humor se ganó el favor de los mandos más bajos, pero no siempre tuvo el de Hitler (que le enviaría al frente en 1943).


Frases de Hitler incluidas en el libro:
- Soy incapaz de decir una mentira para mi provecho, pero no hay falsedad que no esté dispuesto a cometer en beneficio de Alemania.


- Cuando en enero de 1933 tomé posesión del gobierno, creí que me esperaba un camino ancho y bien pavimentado. Pero este camino no tardó en estrecharse y el estado del firme empeoró. Pronto se convirtió en un estrecho sendero, y hoy tengo la sensación de que avanzo por centímetros en una cuerda floja, soportando nuevas cargas, un día por la derecha y otro día por la izquierda.

- Me tiene sin cuidado lo que diga la posteridad.
- Nos hemos equivocado de bando en España. Habríamos hecho mejor apoyando a los republicanos. Ellos representan al pueblo. Siempre se hubiera podido convertir a esos socialistas en buenos nacionalsocialistas. Franco está rodeado de clérigos reaccionarios, aristócratas y ricachones, gente que no tiene nada que ver con nosotros, los nacionalsocialistas.

-Soy contrario al uso de la pena de muerte porque es irreversible. La pena de muerte debería reservarse solo para los crímenes más graves, especialmente los políticos.
- Nunca sabrá qué es lo que pienso de verdad. Ni siquiera mis colaboradores más próximos, y eso que ellos están convencidos de saberlo. (Hitler al general Halder)
- A los verdaderos soldados no se les reconoce por sus victorias, sino después de sus derrotas.
- Pero quiero dejar algo muy claro. Las iglesias pueden decidir lo que les ocurrirá a los alemanes en la otra vida, pero es la nación alemana y su Führer los que ahora deciden. Nuestra nación no fue creada por Dios para que el clero la rompa en pedazos.



- Me parece absurdo hacer del Cielo algo atractivo si la misma Iglesia nos dice que solo los que no lo han hecho tan bien en la vida podrán entrar en él, como por ejemplo los retrasados mentales y similares. No será muy bonito que cuando entremos en él encontremos a toda esa gente que -a pesar de su beatitud: "Bienaventurados los pobres de espíritu" - ya han sido una bendita molestia cuando estaba viva. Qué clase de atractivo es éste si ahí arriba no vamos a encontrar más que mujeres feas y mentalmente insípidas.

- El periodo clásico constituyó una época de ilustración. Con el comienzo del Cristianismo se detuvo la investigación científica, y en su lugar se empezó a investigar en las visiones de los santos, y no en las cosas que Dios nos ha dado. Investigar la naturaleza se convirtió en un pecado.

- En cuanto a la crueldad, el Cristianismo tiene todos los récords. El Cristianismo es la venganza del judío errante. Dónde estaríamos hoy si no hubiera existido el Cristianismo: tendríamos la misma inteligencia, pero nos habríamos evitado un vacío de mil quinientos años... Lo terrible es que millones de personas creen, o actúan como si creyeran, en todo esto: fingen creerlo todo. Si hubiéramos sido mahometanos, hoy el mundo sería nuestro.

- La libertad, la igualdad y la fraternidad son una verdadera tontería. La libertad excluye automáticamente la igualdad, porque la libertad conduce automáticamente al adelanto de los más sanos, de los mejores y de los más hábiles, y por eso hay menos igualdad.

- Todo lo que hago se dirige contra Rusia. Si occidente se muestra incapaz de comprender esto, entonces me veré obligado a llegar a un acuerdo con los rusos y volverme contra occidente primero para después dirigir todas mis fuerzas contra la URSS.

- En realidad no soy un político.

- Emprenderé cada operación de tal manera que las mujeres y los niños nunca sean el objetivo ni las víctimas.


- La tierra es propiedad nacional. Los individuos no pueden tener más que el usufructo de la misma. Por lo tanto, que cada cual saque su pedazo de terreno el máximo de lo que pueda rendir. Puesto que el profesor Hoffmann puede afirmar que su hacienda da las mayores cosechas de la región, yo opino que eso está muy bien, y que ello es una razón mayor para que la conserve. Cuanto más dinero invierta en ella, más provecho sacará.


- El hecho de hablar varias lenguas no es un signo de inteligencia. Se encuentran corrientemente niños que hablan tres o cuatro lenguas, por poco que tengan institutrices extranjeras.


Sobre las recomendaciones:

- No se obtenía absolutamente nada en Austria sin recomendaciones. Cuando llegué a Viena, llevaba una para Roller, pero no la utilicé. Con aquella recomendación, me hubieran contratado inmediatamente. Sin duda fue preferible que no sucediera así. No me ha hecho daño tener que comer suela de zapato.

Sobre la corrupción:

- Había antes diez mil veces más corrupción que hoy. La diferencia es que no se hablaba de ello. Cuando condenamos a un prevaricador, no ha de ser un pretexto para dar grandes voces. Entre nosotros no hay mal endémico, no hay más que casos especiales.
- Hay quien dice que el mundo es malo y desea dejar esta vida. ¡A mi me gusta este mundo! Si ese deseo de morir es debido a un disgusto amoroso, doy al desesperado el consejo de esperar un año. Los consuelos vendrán. Pero si es por otra razón por la que un ser humano quiere morir, entonces que muera, no se lo impido. Llamo sencillamente la atención sobre el hecho de que no es posible escaparse completamente de este mundo. Los elementos que componen nuestro cuerpo pertenecen al ciclo de la naturaleza. En cuanto a nuestra alma, pudiera ser que volviera al limbo, esperando una ocasión de reencarnarse. Pero me contrariaría que todo el mundo quisiera acabar con la vida.

- Adén es, por lo visto, uno de los peores hornos del globo. Estoy bien decidido a no atravesar jamás el Mar Rojo. ¡Me daría un ataque!

Sobre los artistas y la política:



- Hace tiempo que conozco a los actores y a los artistas en general. De vez en cuando resulta conveniente poner fin a sus impertinencias y dirigirles una amonestación.
Actitud con los adversarios:

- He sido particularmente correcto con mis adversarios. He hecho del ministro que me condenó, mi ministro de Justicia. Entre mis carceleros hay varios que han llegado a ser jefes de la SA. El director de mi prisión ha ascendido. El único que no ha mejorado de situación ha sido Schweyer. Al contrario, le he suprimido las acumulaciones, ya que además de su pensión de ministro, cobraba dieciocho mil marcos a título de administrador de la electricidad de Baviera.

- Espíritu de decisión no significa obrar a cada instante. El espíritu de decisión consiste sencillamente en no dudar cuando una convicción interior os manda obrar.

- He sostenido siempre el punto de vista de que el Partido debe permanecer aparte de la religión.


Hitler opina



Hitler sabía perfectamente lo que le ocurriría si perdiera la guerra. No solo eso, incluso si la ganaba, sabía que en algún momento de la historia, se hablaría mal de él. Tan es así, que en una fecha tan temprana como 1941 opinaba lo siguiente:


- ¿Quién puede escapar a la crítica? Yo mismo, si desapareciera hoy, no ignoro que llegará un momento, dentro de cien años quizá, en que se me atacará violentamente. La historia no hará una excepción en mi favor. Pero, ¿qué importancia tiene esto? Bastan otros cien años más para que las sombras se borren. No me preocupo de ello, yo marcho adelante.

Claro, que en la época que hizo ese comentario la guerra le era favorable. Aunque Hitler siempre tuvo enemigos. No le era ajeno en absoluto el hecho de que si perdía la guerra, el mundo se volvería contra él, como ha ocurrido.

Ese mismo día hizo otro comentario que hoy en día cobra demasiada actualidad, dado el periodismo que se practica:

- No hay derecho a fotografiar a un hombre sorprendido en la intimidad. Es muy fácil ridiculizar a cualquiera. Que cada uno se pregunte a sí mismo qué haría si tuviese la mala suerte de ser fotografiado, sin saberlo, en una situación delicada. Estos son procedimientos repugnantes, y he prohibido que semejantes fotos se utilicen.

En otra ocasión opinó:

- ¡Piedad para los pesimistas! Se estropean a sí mismos la existencia. La vida, en resumidas cuentas, no es soportable sino a condición de ser optimista. El pesimista complica inútilmente las cosas.

De sobra sabemos que Hitler era un hombre optimista. A lo largo de la guerra lo demostró con creces. Hitler infundía tanto optimismo que hasta los generales y colaboradores más pesimistas salían completamente transformados tras una entrevista con él.

- ¿Cómo hubiera podido triunfar sin esta dosis de optimismo, que nunca me ha abandonado y sin esta fe que transporta montañas?

- Hoy no sería capaz del esfuerzo que supone, por ejemplo, hacer un discurso todas las noches. La conciencia de no ser ya capaz de algo, es desmoralizadora. Creo ciegamente en mi pueblo. Si perdiera esta fe, no me quedaría más que morir.



- Aquella unión con el pueblo que sentía entonces, no me ha abandonado. Gracias a los lazos que me unen con él, soy capaz de compartir sus penas y sus alegrías. Me coloco espontáneamente en su lugar.


Otra opinión de Hitler interesante:

- A la larga las guerras se olvidan. Sólo quedan las obras del genio humano.


En una ocasión Hitler pronunció casi su epitafio:



- Toda mi vida puede resumirse en el esfuerzo que ha sido sin cesar el mío, de persuadir al prójimo
- En mi juventud yo era un solitario y prescindía muy bien de la sociedad. He cambiado mucho ya que ahora no puedo soportar la soledad. Lo que prefiero es cenar en compañía de una mujer bonita. Y antes que encontrarme solo en casa, iría a comer a la Hostería.

- Nunca leo una novela. Ese género de lectura me desagrada.

- Desde el momento en que una lengua dispone de una letra para cada sonido diferente, no se puede admitir que la pronunciación exacta dependa del conocimiento de la lengua en la cual la palabra tiene su origen. Una palabra debe escribirse como se pronuncia.

- ¿Creen ustedes que hay necesidad de enseñar geometría, física y química a un muchacho que ha decidido consagrarse a la música? Si no esta dotado para estas disciplinas ¿qué le quedará de ellas más tarde? Encuentro perfectamente ridículo ese modo de hacer tragar a la juventud tantas nociones parciales que no es capaz de asimilar.


- El matrimonio, tal y como se practica en el medio burgués, es generalmente algo que va contra la naturaleza. Pero admito que el hallazgo de dos seres que se complementan, que están hechos el uno para el otro, limita ya con el milagro.

- Las mujeres que no tienen hijos terminan por volverse neuróticas.



- La barba da caracter a ciertos rostros, pero se descubre mejor la personalidad en un hombre afeitado. La evolución que se ha hecho en el sentido de la sobriedad, parece además conforme con las leyes de la naturaleza. A través de las edades ¿no ha ido el hombre desembarazándose de su pelambrera?

- Cuando vuelva la paz, empezaré por pasar tres meses sin hacer nada. Nuestros soldados mismos deben tener vacaciones. Abandonaré inmediatamente el mando del ejército.
- Cuando todo el mundo pierde el dominio de sus nervios, solo yo conservo mi sangre fría.
- ¿En virtud de que ley, divina o no, poseen solo los ricos el derecho a gobernar?
- El nacionalsocialismo es un fenómeno puramente alemán. Nunca hemos tenido la intención de transformar el mundo.

- No se puede llenar el foso que existe entre los ricos y los pobres sólo con los consuelos de la religión.
- No me sentiría con derecho a exisgir a cada uno el sacrificio supremo, si yo mismo no hubiera hecho toda la guerra del 14 en primera línea.


Hitler tenía sus propias ideas sobre la vida humana y sobre los alimentos. No eran ideas descabelladas en absoluto y años después muchas de esas ideas han sido corroboradas por los investigadores. Por ejemplo, sobre la duración de la vida humana tenía una curiosa teoría:


- La hipótesis de que el hombre debería vivir más años parece confirmada por la disparidad que existe entre su corta existencia de adulto, por una parte, y su periodo de crecimiento por otra. Un perro tiene de vida una media de ocho a diez veces más larga que el tiempo que le hace falta para su crecimiento. Según esta cuenta, el hombre debería vivir normalmente de ciento cuarenta a ciento ochenta años. Lo que está comprobado es que en países como Bulgaria , donde se alimentan de yogurt, de polenta y de otros alimentos de este género, los hombres llegan a más viejos que en nuestras regiones. Desde otros puntos de vista, sin embargo, el campesino no vive higiénicamente. ¿Han visto ustedes que alguno abra la ventana?

- Todo lo que vive sobre la tierra se nutre de alimentos vivos. Que el hombre los someta aun proceso fisicoquímico explica las enfermedades llamadas de la civilización. Si la media de la vida humana está actualmente en progresión es porque otra vez se vuelve a la alimentación naturista. Es una revolución. Que un cuerpo graso, extraído del carbón, tenga el mismo valor que el aceite de oliva, yo no lo creo. Es seguramente preferible aplicar las substancias grasas para la fabricación de jabón, por ejemplo.
Sobre el cáncer, Hitler tenía la siguiente teoría:




  


    - No está excluido que una de las causas del cáncer pueda residir en que los alimentos cocidos son nocivos. Damos a nuestro cuerpo una alimentación degradada. El cáncer tiene, por ahora, un origen desconocido., pero es posible que las causas que lo estimulan encuentren un terreno de elección en los organismos incorrectamente alimentados. Respiramos todos los microbios que provocan el catarro o la tuberculosis, pero ni todos estamos acatarrados ni todos tuberculosos.

- En mi juventud, los médicos decían que la alimentación a base de carne es indispensable para la formación de los huesos. Era falso. Contrariamente a los pueblos que comen polenta, tenemos malos dientes.

- Si lo propongo a un niño que escoja entre una pera y un trozo de carne, se precipita sobre la pera. Habla su atavismo.

- Los campesinos pasan catorce horas al día al aire libre. Sin embargo, a los cuarenta y cinco años son ya viejos, y la mortalidad es enorme entre ellos. Esto proviene de un error en su alimentación. No comen más que alimentos cocidos.


A Hitler el Ministerio de Asuntos Exteriores no le gustaba nada. Y le gustaban menos los funcionarios. Creía que los diplomáticos eran gente que se movía en círculos cerrados y que solo estaban informados de lo que ocurría en esos círculos. Los diplomáticos le resultaban orgullosos:
- Me gustaría poder eliminar de los hombres el demonio del orgullo. Entre ustedes (Hitler se refiere a los diplomáticos) el valor se mide por la altura de los tacones. Si uno de nuestros diplomáticos tuviera que alojarse en un hotel de tercera categoría o se viese en la precisión de coger un taxi , ¡Qué deshonor! Y sin embargo a veces tiene interés conocer todos los ambientes. Los jóvenes se libran de esto con mayor facilidad que los bonzos.

Hitler no era partidario de mantener un personal numeroso en las legaciones porque pensaba que lo único que hacían era recortar periódicos.
Para Hitler el interés del estado era lo primero. Siempre dijo que primero era el interés del estado antes que el interés individual.

- El estado no puede ser independiente y tener una autoridad indiscutible. El simple hecho de tener acciones de una sociedad, es para mi suficiente para esa exclusión. Todo funcionario debe ser puesto ante la alternativa de renunciar a sus acciones o abandonar el servicio del estado. Los servidores del estado no deben mezclarse de ningún modo en especulaciones financieras. Si tienen dinero, que compren bienes inmuebles o que lo coloquen en valores del estado. Por lo demás, la seguridad de tales valores permite que a la larga esas inversiones sean más lucrativas que las de empresas privadas, que tienen necesariamente altas y bajas.


Lo que pretendía Hitler era acabar con la especulación y los funcionarios inservibles. Vamos, un problema que todavía tiene nuestra sociedad. Después de la reconstrucción de Berlín, Hitler tenía proyectado instalar los distintos ministerios en lugares reducidos y con poco presupuesto.

En materia de justicia, a Hitler no le gustaba la lentitud de la justicia. En particular, le irritaban las denuncias por injurias. Dijo:

- Un azote del cual podrémos librar ya desde ahora a los tribunales, son las querellas por injuria. Se dispondrá que no pueden presentarse hasta después de un plazo de cuatro a seis semanas. Entretanto, las partes se reconciliarán, y ese género de asuntos desaparecerán de los juzgados.

Yo creo que cuando juzgamos a Hitler por lo ocurrido durante su mandato, tendemos a equivocarnos, puesto que las ideas de Hitler no terminaron de ponerse en práctica ni en una mínima parte. Ciertamente, la guerra no fue un momento adecuado y Hitler quiso esperar a que acabara para poder poner en práctica sus ideas nacionalsocialistas

4 comentarios:

  1. somos responsables de todos y nos debemos atodos
    el bien general es mayor que el individual
    malditos aquellos que survierten ese orden.

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