lunes, 27 de octubre de 2014

Las 3 generaciones de torres antiaéreas



Flak Tower en Viena...
La construcción de estos edificios, cuyo propósito era la defensa antiaérea activa y protección de la población civil, significó un logro importante para la defensa del Reich. Su edificación en tiempo de guerra demostró la capacidad organizativa del Arquitecto y Ministro de Armamentos Albert Speer.
Su apariencia es sorprendentemente moderna. Son tan impresionantes en el siglo XXI como lo fueron hace 70 años. Fabricadas de hormigon reforzado y acero, las torres antiaéreas edificadas en varias ciudades alemanas durante la Segunda Guerra Mundial son auténticas fortalezas impenetrables, muchas de las cuales han sobrevivido hasta nuestros días y son atracciones turísticas. En Agosto de 1940, Hitler autorizó la construcción de una serie de colosales bunkers oFlak Turme cuyo propósito era servir de refugios antiaéreos para personal civil y/o como posiciones fijas para unidades antiaéreas (flak) pesadas con las que se esperaba defender las ciudades más prominentes del Reich de los ataques aéreos aliados. El término Flak es una abreviatura de Flugabwehrkanone o Fliegerabwehrkanone, que significa proyectiles antiaéreos.

Flak Tower en Hamburgo

Estas construcciones se convertirían en los puntos antiaéreos mas grandes construidos por Alemania o país alguno durante la Segunda Guerra Mundial y representan, por mérito propio, una maravilla moderna dentro de la categoría de edificaciones militares, en adición a que son algunas de las estructuras emblemáticas y duraderas del terrible pasado de la nación alemana. Las estructuras en sí fueron diseñadas por Albert Speer y otros arquitectos. Su construcción se le encomendó a la Organización Todt. En las ciudades de Berlín, Hamburgo y Viena se construyeron en pares, una para la instalación de los cañones antiaéreos y la otra para el mando de control de fuego. De las primeras cuatro construidas, tres estaban localizadas en Berlín y una en Hamburgo. Con posterioridad a la modificación de los diseños iniciales, dos mas fueron erigidas en Hamburgo y dos en Viena.

Torre de Berlín

A tenor con los datos que surgen del libro ‘The Flak Towers’ de Michael Feodrowitz, algunas de las torres contaban con una altura de 60 metros. Cerca de estas, se construían otras torres en donde estaba instalado el control de fuego. La altura de las torres de control era de 25 metros, aunque una de las instaladas en Berlín y otra en Hamburgo alcanzaban los 39 metros de altura. La distancia entre las dos construcciones era de 300 a 500 metros y cada una contaba con cuatro posiciones para cañones antiaéreos pesados en montaje doble y cañones antiaéreos ligeros en la torre del control de fuego.

Una de las torres mejor conocidas es la construida en el Zoológico de Berlín, la cual fue terminada en 1941. La estructura contaba con 7 niveles, incluida una base, y estaba preparada para alojar civiles. La torre contaba con su propio suministro de energía y agua, así como cocinas y otras facilidades esenciales, útiles y necesarias durante un bombardeo aéreo prolongado. Uno de los niveles se utilizaba para guardar los tesoros históricos del Museo de Berlín y en otro se habilitó un hospital y sus salas de operaciones. Las tropas de la Fuerza Aérea (Luftwaffe) encargadas de los cañones, unas 300, se hospedaban en la parte superior de la torre.

Cañones antiaéreos en el tope de la torre

Los cañones estaban instalados en las cuatro esquinas de la torre. Inicialmente los mismos eran de 88 mm, de 20 y 37 mm. En la terraza inferior se instalaban cañones adicionales, siendo reemplazados los superiores más adelante por cañones de 128 mm en torres dobles. Al lado de cada cañon existía un elevador para las municiones, el cual estaba cubierto por una cúpula blindada. También contaban con un señalador de blancos instalado en el centro de la terraza principal. La torre armada se comunicaba con la torre de control de fuego mediante túneles por donde pasaban los cables de comunicaciones. La torre de control de fuego era a su vez la sede de mando de la 1ra División Flak y tenía instalado un radar Wurzburg gigante en la terraza. Los tres conjuntos de torres construidos en Berlín estaban dispuestos en un triangulo con el fin de proteger la zona dentro del mismo. Un sistema similar se había previsto para Viena, Hamburgo y Bremen.



Torre en Viena

Las obras de construcción de las torres de Hamburgo fueron iniciadas en 1942, no estando unificado el diseño de los conjuntos. De hecho, la tercera de ellas nunca fue terminada. La Torre Heiligengeistfeld, conocida como la Torre IV, era similar a las de Berlín. La Torre Wilhelmsburg o Torre V, era de la segunda generación y su característica principal era que en cada esquina se construyeron unas grandes columnas, lo cual la hacia semejante a un castillo medieval. En Viena los conjuntos de torres fueron construidos en el Parque Arenberg, en Stiftskaserne y Augarten y conformaban un triangulo que protegía la sección de la ciudad donde ubicaban los edificios de naturaleza cultural e histórica. La última de las torres fue terminada a mediados de 1944. Las torres de Stiftskaserne y Augarten diferían de la Arenberg, pues su forma consistía de una estructura de 16 caras con un diámetro de 43

metros. Las cuatro posiciones antiaéreas estaban localizadas dentro del circulo interior de la torre, la parte superior estaba blindada y contaba con protección para los que operaban los cañones antiaéreos.

Las 3 generaciones de torres antiaéreas

La torres estaban equipadas con un sistema de radar retractable capaz de introducir el plato de radar dentro de la estructura para protegerlo de ataques antiaéreos y bombardeos. Los cañones de flak instalados en las torres tenían la capacidad de mantener un ataque constante de 8,000 proyectiles por minuto desde los diferentes niveles de la torre. El alcance de sus cañones era de 14 kilómetros y su capacidad de rotación era de 360 grados, siendo formidables adversarios para cualquier avión que se acercara lo suficiente.

Las paredes de las torres tenían un espesor de hasta 3.5 metros de espesor, por lo que eran consideradas invulnerables a las bombas aéreas típicamente utilizadas en los ataques aliados.
Algunas de las torres tenían una capacidad para albergar hasta 10,000 civiles. Debido a su construcción, la mayoría de las torres de flak han sobrevivido hasta nuestros días. Inclusive, en la post guerra algunas torres resistieron los esfuerzos de los ingenieros de combate de los ejércitos aliados de destruirlas con poderosos explosivos.

Plano de una de las torres de Hamburgo

martes, 14 de octubre de 2014

Sturmgruppen, los grupos de asalto de la Luftwaffe



El comandante Günther von Kornatzki propuso la creación de Sturmstaffeln (escuadrillas de asalto), entrenadas para atacar desde atrás, en formación cerrada, usando cazas con armamento pesado que abrirían fuego concentrado en el último momento con la intención de romper las formaciones enemigas. Una vez dispersos, los bombarderos supervivientes quedarían a merced de los cazas alemanes. Para lograr su objetivo, los pilotos de asalto debían estrellar sus aparatos contra los cuatrimotores enemigos si no lograban derribarlos con el fuego de sus armas. La Sturmstaffel 1 se formó en noviembre de 1943 con 16 voluntarios, a los que se les obligó a firmar un documento en el que se comprometían a aplicar las nuevas tácticas sin reservas. El grupo recibió aparatos Focke-Wulf Fw 190A-6 con un parabrisas blindado, planchas de blindaje en los laterales de la cabina y armamento modificado (se quitaron las dos ametralladoras del fuselaje para compensar el incremento de peso del blindaje, dejando únicamente los 4 cañones MG 151 de 20mm de las alas; en versiones posteriores, dos de ellos se sustituyeron por los devastadores Mk 108 de 30 mm). Después de familiarizarse durante varias semanas con sus nuevos aparatos, los pilotos estaban listos para entrar en combate en enero del año siguiente.

En el otoño de 1943, la defensa del Reich contra las incursiones de los bombarderos aliados, tanto de día como de noche, estaba desangrando a la Luftwaffe. Desde el verano del año anterior, los bombarderos norteamericanos B-17 Flying Fortress de la 8ª Fuerza Aérea habían estado bombardeando de día objetivos, primero en Francia y después en Alemania, desde sus bases en Gran Bretaña. Volaban en combat boxes, formaciones cerradas pensadas para que los bombarderos, erizados de ametralladoras, pudieran defenderse mutuamente de los cazas enemigos. A ellos se unieron después los B-24 Liberator de la 15ª Fuerza Aérea operando desde Italia. Los alemanes ensayaron distintas armas y tácticas de ataque, buscando el mejor método para enfrentarse a los Viermots (bombarderos cuatrimotores en la jerga de los pilotos alemanes) enemigos.

Los buenos resultados obtenidos por la escuadrilla animaron al Alto Mando de la Luftwaffe a organizar el primer grupo de asalto, el IV (Sturm)/JG 3 ―IV grupo de la 3ª Escuadra de caza (un grupo constaba de tres escuadrillas de 10-15 aviones cada una)―, que el 29 de abril de 1944 absorbió a la Sturmstaffel 1. El 7 de julio la unidad logró su éxito más sonado. Concentrada contra una formación de B-24 sin escolta, afirmó haber destruido 34 cuatrimotores en 10 minutos. Entusiasmado, el general Galland, jefe de los cazas alemanes, ordenó la creación de dos grupos de asalto adicionales: el II (Sturm)/JG 4 y el II (Sturm)/JG 300. Sin embargo, algunos triunfos puntuales poco podían hacer para alterar el signo de la lucha. Aunque había suficientes aviones de repuesto (gracias a la racionalización de la producción impuesta por Albert Speer, el ministro de Armamento), escaseaba el combustible y, sobre todo, los pilotos experimentados. Los aviadores alemanes, faltos de preparación, morían a tal ritmo que las escuelas de vuelo eran incapaces de entrenar a tiempo reemplazos suficientes. Ante la abrumadora superioridad aliada, con los bombarderos escoltados por numerosos cazas, los Sturmgruppen debieron cesar sus operaciones por la imposibilidad de cumplir su cometido a un coste razonable. El último ataque tuvo lugar el 2 de diciembre. Ese día, once B-24 fueron derribados a costa de diez Fw 190 (con 5 pilotos muertos y dos heridos), además de los 16 perdidos luchando contra los cazas de escolta norteamericanos. de diez Fw 190 (con 5 pilotos muertos y dos heridos), además de los 16 perdidos luchando contra los cazas de escolta norteamericanos.

En los últimos y desesperados días de la contienda, el coronel Hajo Herrmann propuso llevar a cabo un ataque masivo, casi suicida, contra los bombarderos enemigos con la intención de derribarlos estrellándose directamente contra ellos, de modo que las enormes pérdidas sufridas les obligasen a suspender temporalmente sus actividades. De los 1.000 aviones que solicitó, sólo recibió 160 Messerschmitt Bf 109G y K, sin blindaje y armados con una sola ametralladora. Así, aligerados, serían más veloces, pudiendo eludir más fácilmente a los cazas de escolta. Reunidos en el Kommando Elbe, el 7 de abril de 1945 lanzaron la operación para la que se había estado preparando con resultados decepcionantes: de los 120 aviones atacantes, se perdieron la mitad a cambio de ocho cuatrimotores. El intento no volvería a repetirse.