martes, 15 de diciembre de 2015

Max Wünsche


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Max Wünsche, Obersturmbannführer, Teniente Coronel de la 1.ª División SS "Leibstandarte Adolf Hitler"; al momento de la foto era capitán, fecha indeterminada.


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Kurt “Panzermeyer” Meyer and Max Wünsche en Kharkov...



domingo, 1 de noviembre de 2015

El general Paulus prohibió el suicidio.

El general Paulus prohibió el suicidio, la salida más efectiva para escapar de ese panorama dantesco. Los cañones solo podían efectuar un disparo de emergencia al día. Enloquecidos por el hambre resistieron hasta febrero, pues en nada les importaba ya si vivían o morían. De los 90.000 prisioneros que hicieron los rusos solo 5.000 regresaron a casa.

Incapaz de dar una visión objetiva de la tremenda derrota en la ciudad de Stalin, el Alto Mando Alemán hizo llegar a los soldados del frente ruso el ultimo mensaje de radio, recibido desde la fábrica de tractores de Barricadi:
 “Somos los últimos supervivientes.Llevamos cuatro días atrincherados entre las ruinas de la fabrica de tractores. No hemos comido en cuatro días. Acabo de abrir las ultimas municiones para mi automática, dentro de diez minutos los bolcheviques nos atacarán. Decidle a mi padre que he cumplido con mi deber y que sabré morir. Larga vida a Alemania. ¡Heil Hitler!”


sábado, 14 de marzo de 2015

Los alemanes fueron los mejores soldados del mundo.

Resultado de imagen de generales alemanes en el frente rusoTres escritores rusos admirando por unanimidad a los peores enemigos del comunismo, un crimen intelectual muy serio hoy en todo el mundo.Soldados alemanes
Habla Daniil Granin, nacido en 1919, que pasó 3 años en el frente de  Leningrado:

Los alemanes lucharon mejor, mucho mejor que nuestros soldados. Por otra parte hemos conseguido ganar esa guerra sólo por la carne humana.

Boris Vasiljev era el oficial del Ejército Rojo durante la 2 ª Guerra Mundial:

Los alemanes hicieron la guerra a la perfección. Incluso cuando fueron rodeados, lucharon de manera excelente! Lo sé. Lo vi por mí mismo!

El autor de varias novelas militares y patrióticos, Vasiljev dice:

El ejercito rojo consiguió ganar la guerra por casualidad. Evald von Kleist simplemente decidió dejar sus tanques durante varios días justo cerca de Moscú. Por lo tanto, los soviéticos recibieron algo de tiempo libre para transferir las nuevas tropas, que atacaron a los alemanes con mucho éxito

Mientras que el general Andrej Andreevitch Vlasov tiene fama oficialmente en la moderna "capitalista libre" a Rusia como un colaborador pronazi vicioso y traidor, Vasiljev lo considera absolutamente diferente:

Vlasov fue magnífico comandante ruso, decidió vengarse de Stalin, que cometió crímenes terribles contra todos los pueblos de Rusia. Vlasov tenía alto ideal de la Rusia libre, así como el verdadero sentido de la responsabilidad hacia sus soldados.
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Los generales del Ejército Rojo en masa fueron el opuesto directo en comparación con Vlasov, piensa Vasiljev:

Murieron 1.300.000 de soldados rusos cerca de Rzhev a través de los fallos de los comandantes soviéticos solo, y nadie habla de la terrible tragedia hasta ahora en mi país.
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El fallecido Viktor Astafjev estaba en el frente soviético-alemán toda la larga guerra, 1941-1945:


Los alemanes lucharon mucho, mucho mejor en todos los aspectos, los comunistas optaron por arrojar ríos de la sangre rusa, literalmente, con el fin de ganar la guerra. Los soviéticos ganaron a Alemania sólo por su extrema brutalidad e inhumanidad.
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La mejor Comandante alemán ? El Marshall Erich von Manstein, por supuesto , dice el gran escritor ruso:
Se las arregló para empujar tres ejércitos bolcheviques en Azov y el Mar Negro, fue el gran genio militar sí, de verdad.

Y Zhukov?


Patriota ruso Honesto? ¡Ja! Este bastardo cubierto media Europa por los millones de los cadáveres rusos por su amable personal extremadamente sádica de hacer la guerra! Él no merece ni honor, ni el respeto, nunca.

jueves, 12 de marzo de 2015

El terror del Frente




El francotirador es el hombre más temido en el campo de batalla, él solo puede detener a varios cientos de hombres, matando a sus oficiales, destruyendo sus radios y sobre todo generando miedo. El terror a la muerte invisible que genera un francotirador preciso y experto en camuflaje paraliza a los soldados normales, incapaces de defenderse de lo que no pueden ver. Precisión, maestría en el camuflaje y ante todo paciencia, son los secretos de un buen francotirador.
Veremos cómo surgió este tipo de soldado y cuales fueron los más famosos y mortíferos francotiradores.
El surgimiento de los francotiradores es casi tan antiguo como el nacimiento de las armas de fuego. Ya en los ejércitos de los siglos XVI y XVII había hombres con un “don” especial para la precisión, hombres que eran capaces de acertar, con sus rudimentarios arcabuces y posteriormente con los más evolucionados mosquetes, a blancos a distancias imposibles para el resto de los soldados. Pero es en los siglos XVIII y XIX, con la evolución de las armas y municiones, cuando surgirán compañías de francotiradores organizadas dentro de los ejércitos. Primero aparecerán, en las “Guerras Napoleónicas”, compañías de tiradores, que, armados con fusiles, tenían la misión de adelantarse al resto de las tropas para desgastar a los enemigos con sus certeros disparos. Posteriormente, durante la “Guerra de Secesión”, los ejércitos federales crearon compañías de francotiradores armados con precisos fusiles para enfrentarse a los mortíferos tiradores sureños, soldados acostumbrados a cazar desde niños con sus rifles y que tenían una temible precisión. Las compañías de francotiradores federales se nutrían de tiradores que seleccionaban mediante concursos de tiro y se caracterizaban por actuar libremente, al margen del resto del ejército y por vestir un uniforme verde que les ayudaba a camuflarse, en vez del característico color azul oscuro del ejército federal.

Pero el verdadero nacimiento de los francotiradores hay que enmarcarlo con el surgimiento de la “Primera Guerra Mundial” (1914-18)”. La guerra de trincheras fue la característica de esta contienda mundial y permitió el auge de los francotiradores, ya que este tipo de contienda, caracterizada por numerosas tropas inmóviles atrincheradas a pocos metros unas de otras, favorecía que existiesen numerosos blancos al alcance de los fusiles.

Los primeros que empezaron a usar fusiles con visor adosado fueron los alemanes, que adaptaron el fusil “Gewehr 98” para usar una variante con visor, aunque posteriormente los aliados usaron también fusiles con visor, principalmente de marcas comerciales y fusiles de caza especialmente adaptados.
Los francotiradores acechaban a sus enemigos desde la “tierra de nadie”, que separaba las trincheras y donde éstos se camuflaban, y observaban inmóviles con sus prismáticos a veces durante días, siempre acechando y esperando hasta que se presentaba la oportunidad de hacer blanco en algún soldado descuidado que asomara la cabeza de la trinchera. La actuación de los francotiradores era sobre todo importante para la moral, ya que reforzaba la de sus tropas y minaba la del enemigo, expuesto a recibir un disparo en cualquier momento de descuido, lo cual se sumaba a la ya de por si dura vida dentro de una trinchera. En esta primera contienda los alemanes destacaron sobre todo por su eficacia, fruto de la buena óptica de sus fusiles, muy superior a los de sus enemigos.
Si el nacimiento de los francotiradores modernos hay que buscarlo en la “Primera Guerra Mundial”, su desarrollo y madurez hay que situarlo en la “Segunda Guerra Mundial” (1939-45), durante la cual aparecieron números francotiradores o “snipers”, que cobraron eterna fama a lo largo de la contienda. Una vez más, fueron los alemanes los que empezaron a destacar como expertos francotiradores, gracias a la larga tradición de ejercitar a muchos de sus jóvenes en la caza y el tiro deportivo desde la niñez y a los esfuerzos del régimen nazi en militarizar a su juventud con la creación de las “Juventudes Hitlerianas”. Los alemanes crearon incluso una medalla, ”la Insignia del Águila”, con distintivos de honor para los francotiradores que abatieran a 20, 40 ó 60 enemigos, una insignia para destacar y premiar a los más certeros. No solo el entrenamiento mejoró, las experiencias de la anterior contienda mundial fueron aprovechadas por todos los bandos para mejorar las tácticas de combate, técnicas de camuflaje y equipamiento de los francotiradores alemanes o “Scharfschützen”. Los alemanes disponían de una veintena de estos “Scharfschützen” en cada batallón y siempre actuaban en parejas de tirador y observador.
El arma principalmente empleada por los francotiradores al principio de la contienda era el fusil básico de infantería con un visor óptico adaptado. Los británicos usaban una variante de su típico fusil “Lee Enfield P14” con mira telescópica modelo Aldis de 4 aumentos. Los alemanes usaron una variante de su famoso y preciso “Kararabiner K-98K” equipados con precisos visores de modelo Carl Zeiss, Swarovski y ZF-42 de 6 aumentos. Posteriormente también usaron variantes de su fusil semiautomático “G-43” con mira de 4 aumentos.
Los soviéticos, a partir de la reorganización de su ejército tras la debacle sufrida tras la invasión alemana, empezaron a crear eficaces binomios observador-tirador, creando una nueva fuerza altamente entrenada y motivada que sería la pesadilla de los confiados alemanes. Los snipers soviéticos usaban el fusil ”Mosin Nagant” con visor óptico Pu de 3,5 aumentos, un arma bastante efectiva, a la que posteriormente se añadiría el fusil semiautomático Tokarev-SVT con la misma mira Pu de 3,5 aumentos, un fusil que no era preciso a más de 200 metros, pero que contaba con gran cadencia de tiro.
Los norteamericanos usaban el fusil “Springfield M109A4” con visores Weaver de 2,5 aumentos o visores Unertl de 8 aumentos y el fusil semiautomático “M1 Garand” con visor Lyman de 2.2 aumentos. Por otro lado los japoneses usaron sus fusiles normales de infantería modelos “Tipo 97″ y “Tipo 99”, equipados con visores de 2’5 aumentos. Como dato hay que recordar que las miras de 4 aumentos eran eficaces hasta una distancia de 400 metros, mientras que las de 6 aumentos lo era hasta los 1000 metros. Además, de todos los visores usados, el mejor era el ZF-42 de 6 aumentos. Hay que anotar también que normalmente los francotiradores eran capaces de acertar en la cabeza de un hombre hasta 400 metros de distancia y en el torso hasta los 600 metros.
Los francotiradores apenas tuvieron protagonismo en los comienzos de la “Segunda Guerra Mundial”, ya que la guerra era una guerra de movimiento en la que los protagonistas eran los blindados y la aviación. Ya con la invasión alemana de la Unión Soviética y la aparición de numerosos combates urbanos, su uso se fomentó, sobre todo tras su actuación en el bando soviético para frenar el avance alemán. Fue en los terribles combates urbanos de Leningrado y Stalingrado donde cobraron tremenda importancia, principalmente los francotiradores siberianos del ejército soviético, que, escondidos entre las humeantes ruinas de cascotes, eran capaces de abatir numerosos blancos sin ser detectados. Entre estos fantásticos tiradores soviéticos se alzan sin duda la figura del mitificado Vasili Zaitsev, cazador siberiano que recibió la “Orden de Lenin” y fue declarado “Héroe de la Unión Soviética” tras matar a más de 400 enemigos, entre ellos al experto francotirador alemán Koening, hechos que se pueden visionar dramatizados en la película “Enemigo a las puertas”. Otros tiradores soviéticos destacados fueron el soldado Okhlopkov, la mujer soldado Lyudmila Pavlichenko, que mató a 309 enemigos, y Anatolij Chekov.

Aprendiendo el camuflaje de sus enemigos soviéticos, los francotiradores alemanes llegaron a alcanzar una gran perfección que los sitúa entre los más eficaces de la contienda, como comprobaron los aliados tras su desembarco en Francia y su avance hacia Alemania, siendo retardados numerosas veces por francotiradores alemanes, expertos en abatir oficiales aliados. Entre tantos tiradores alemanes selectos hay que destacar las figuras de los grandes francotiradores Mattheus Hetzenauer, que combatiendo en el frente oriental desde 1943 hasta 1945 logró causar 345 muertes confirmadas, y Sepp Allerberger, con 257 muertes en su haber.

También son de destacar las cifras que obtuvieron varios de los francotiradores finlandeses, maestros del camuflaje invernal y la precisión frente a los soviéticos, como las del mayor Simo Häyhä que usando un fusil soviético “Mosin-Nagant” modelo 28, eliminó a 542 soldados enemigos en tan solo 4 meses de guerra. También destaca Sulo Kolkka, que mató a unos 400 soldados rusos con su fusil.

En el frente del Pacífico la acción de los francotiradores japoneses estaba basada en el camuflaje y en la acción suicida. En vez de disparar y cambiar de posición para evitar ser detectados, los japoneses se subían a las palmeras y disparaban al mayor numero de blancos posibles a distancias menores de 50 metros, sin evitar ser descubiertos, y aunque con esta táctica suicida casi siempre causaban bajas al enemigo, en cuestión de pocos minutos eran irremediable abatidos y eliminados.
Los norteamericanos por su parte actuaban al estilo occidental. Agrupados en binomios y disparando sin dejarse descubrir, eran capaces de abatir a cientos de japoneses sin tener perdidas.
El apogeo de los francotiradores se sitúa en la cruenta batalla de Berlín, en la que los francotiradores alemanes tuvieron un papel fundamental, retrasando la toma de la ciudad por los soviéticos y causándoles cientos de bajas.

Tras el fin de la “Segunda Guerra Mundial” y la aparición de la guerra moderna, basada en la precisión de los bombardeos y las armas de destrucción masiva, la misión de los francotiradores parecía llegar a su fin… ¿Qué podía hacer un hombre armado con un fusil contra la lluvia de misiles y la tecnología punta? La respuesta es sencilla: mucho, y así se demostró durante la Guerra de Vietnam. En este conflicto, los norvietnamitas y la guerrilla vietcong usaron profusamente francotiradores armados con los míticos Mosin Nagant soviéticos de la Segunda Guerra Mundial, obligando a los norteamericanos a crear escuadras de francotiradores para defenderse de los continuos ataques enemigos.
Poco después, la CIA usó binomios de francotiradores (observador + tirador), encargados de infiltrarse en territorio enemigo para asesinar a altos cargos del Partido Comunista, oficiales del ejército norvietnamita, espías, ect…Uno de los más grandes francotiradores de la Guerra de Vietnam fue Carlos Hathcock, que consiguió abatir a 93 enemigos en un campo de batalla tan difícil, debido a la escasa visibilidad a larga distancia, como es la jungla. Hathcock consiguió también el record de disparo más largo, al abatir a un enemigo a 2.286 metros de distancia. Éste record estuvo vigente hasta que fue superado en el año 2002 por el francotirador canadiense Rob Furlong , quien durante la “Operación Anaconda” abatió a un miliciano talibán a 2.430 metros.
Durante la Guerra de Bosnia, en los años 90, se produjo un gran auge de francotiradores que protagonizaron grandes duelos en el combate urbano de Sarajevo. Sin embargo, el uso que los serbios usaron de los francotiradores para abatir civiles produzco un rechazo generalizado hacia este tipo de soldados.

Dos francotiradores destacados en estos años han sido Gary Gordon y Randy Shurghart, abatidos en Mogadiscio tras eliminar a unos 100 enemigos durante la actuación norteamericana en Somalia.
Por último cabe destacar el uso propagandístico de los francotiradores, como fue el caso de la actuación de “Juba” en 2003 y 2004. Juba era un supuesto francotirador de la insurgencia iraquí que, según los videos caseros que enseñaba la insurgencia por Internet, habría abatido a una veintena de soldados norteamericanos a distancias inferiores a los 100 metros. Las actuaciones de Juba se basaban siempre en las principales premisas de los francotiradores, no dejarse ver y no disparar más de una vez desde la misma posición de tiro, pero los videos son algo sospechosos, y es difícil determinar si su actuación fue real o fue un burdo engaño propagandístico.
Hoy en día, la acción de los francotiradores, normalmente encuadrados dentro de grupos de fuerzas especiales, se enmarca en la lucha contra insurgencia, la infiltración tras las líneas enemigas, la eliminación de blancos prioritarios como altos oficiales y políticos enemigos, y la actuación anti-terrorista.

Como vemos, el francotirador sigue teniendo cabida en la historia militar pese a los numerosos adelantos tecnológicos y es de suponer que su actividad seguirá evolucionando a la vez que las armas. Siempre los soldados temerán los disparos certeros disparados por estos mortíferos expertos del camuflaje denominados “snipers” o francotiradores.

martes, 20 de enero de 2015

Instrucciones en caso de captura


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Como los soldados de otros países, los soldados alemanes eran instruidos en que solo debían revelar nombre, rango y número de serie en caso de captura, y se les recuerda que conforme a la ley internacional cualquier otra información que les soliciten debe ser rechazada. El ejército alemán aconseja a sus soldados a obedecer ciertas premisas:
-En caso de alto riesgo de captura inminente destruye todos los papeles que llevas en tu persona. -En concreto arranca la página 4 de tu Soldbuch (libro de pago) concerniente a tu unidad, tus traslados, etc. Si existe alguna otra información comprometedora en el lugar en que te encuentras (mapas, correspondencia, etc.) destrúyelos también.
-Actúa siempre a la manera militar pero sé educado con tus captores. No te dejes conmover por el trato amistoso de tus captores ni intimidar por sus amenazas.
-Nunca hables el idioma del enemigo, tus conocimientos serán únicamente usados para escuchar de qué están hablando.
-Cualquier simple gesto o actividad que te parece insignificante puede revelar información al enemigo.
-No está permitido conversar sobre asuntos técnicos (armamento, etc.) con el enemigo, incluso aunque se te pregunte.
-No intentes engañar dando respuestas falsas, vale más fingir en ignorancia.
-No asumas que el entrevistador sabe sobre ciertas cosas que dice conocer, puede ser un truco.
-No hables de asuntos militares o detalles de operaciones con tus compañeros prisioneros.



Debe mantenerse en secreto:
-La unidad a la que perteneces, y donde está acantonada.
-La efectividad de tu unidad y las pérdidas sufridas.
Cualquier otra información sobre otras unidades de tu regimiento/división.
-Cuando llegaste al frente, qué viste por el camino y cuándo fue tu último permiso.
-Qué armamento (tanques, ametralladoras, cañones…) posee tu país, ya sean prototipos o más anticuado, y sobre la posibilidad de que estén desplegados en la zona o cercanías.
-Sobre moral y suministros de las tropas alemanas en la zona.
-Sobre moral en casa y los efectos de los bombardeos enemigos.



En concreto se advierte a los soldados de:
Que no se crean las promesas del enemigo de un mejor trato si hablan.
Que estén alerta ante aparatos de grabación de audio o vídeo ocultos en el campo de prisioneros por el enemigo.
Que estén alerta sobre “falsos prisioneros” en uniforme alemán que intenten ganarse su confianza.
Que está prohibido escribir memorias de guerra en cautiverio mientras dure la guerra, ni grabar en audio testimonios personales.

Se recuerda además que un soldado alemán nunca deja de ser un soldado alemán incluso estando en cautiverio, y que los prisioneros no deben considerar que la guerra ha terminado para ellos, y que siguen teniendo las mismas obligaciones para con Alemania. Téngase en cuenta, que después de la guerra los exprisioneros pueden ser llamados para rendir cuentas sobre su comportamiento en cautiverio.

Solo resta añadir, que todo prisionero que por las circunstancias que sean (descuidos, bombardeos aéreos o artilleros, ataques de fuerzas propias o aliadas) se ha “perdido” (escapado) de la escolta enemiga en zonas cercanas al frente, tiene la obligación de intentar en lo humanamente posible retornar a sus líneas con los medios a su alcance. La información que aporte a su regreso sobre el trato que el enemigo da a los prisioneros y las fuerzas de que este dispone en retaguardia pueden resultar muy valiosas, y no se le acusará de deserción.

lunes, 19 de enero de 2015

Los hilfswilliger

Hilfswilliger significa literalmente traducido: asistente voluntario, término elegido para referirse a los exprisioneros extranjeros dispuestos a colaborar en tareas auxiliares, en la jerga militar alemana este termino se abrevia como hiwis. Tras el rápido avance germano durante la operacion Barbarossa en verano de 1941 los alemanes capturan a mas de 2 millones de prisioneros soviéticos.
Un cierto número de decenas de miles de ellos se unen a los alemanes por diversos motivos, evitando ser enviados a los precarios campos de prisioneros donde muchos de esos prisioneros morirían de hambre y enfermedad, también una parte de la poblacion civil ve la invasion alemana como una oportunidad para derrocar a Stalin y eliminar el comunismo de su pais por lo que acaban siendo empleados también. Los empleos de estos voluntarios son variados, la mayoría muy rudimentarios por no decir desagradables: cocineros, veterinarios, zapateros, auxiliar médico, ayudante de radio, transportistas, tropas de segunda linea y de remplazo, vigilantes, mecánicos…

Destacar especialmente también la presencia de mujeres en las labores no bélicas como en las cantinas, sastrerías y lavanderías.
 1944, un chico ruso transporta lecheras para abastecer a las tropas.
Los voluntarios no tienen derecho a rango y muchos de ellos sirven con los mismos uniformes y equipo que cuando los capturaron. En 1943, tras la batalla de Kursk se decide crear finalmente los diversos ostruppen que acabarán operando como batallones independientes para mayor control. Todos los voluntarios empiezan a recibir armamento, uniforme, equipo y rangos alemanes aunque con las insignias de sus respectivos paises, ver mi otro tema de uniformidad de los Osttruppen y a ser asignados a diversos batallones. Es el fin del ayudante para convertirse en un soldado más, pasando muchos a engrosar las filas del ROA y la brigada Kaminski por no hablar de las legiones caucásicas.

Pero ya es demasiado tarde, para 1944 los soviéticos han recuperado la iniciativa y la población esta desilusionada con los alemanes tras tres años de mortífero conflicto y brutal ocupación germana.

Tras el fin de la guerra muchos hiwis son ejecutados bajo cargo de traicion o deportados a gulags en Siberia donde muchos morirán de enfermedad y malnutricion.
Tras la muerte de Stalin en 1953 se declara una amnistía y los cautivos políticos supervivientes son liberados.
Hiwis armados con ppsh, revolver nagant y mosin nagant, notese brazaletes blancos.  Un hiwi transmitiendo propaganda alemana en ruso.

domingo, 18 de enero de 2015

Kurt Knispel

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Kurt Knispel (20 de septiembre 1921-28 abril 1945) fue un alemán de los sudetes que sirvió como carrista en el puesto de amunicionador y artillero.

Se convirtió en el mejor as de carros de la IIGM con un total de 168 destrucciones confirmadas de carros, aunque debido a la naturaleza de los combates el número real podría alcanzar los 200.

Se suele ver su nombre junto con el de otros ases más popularizados como Johannes Bölter, Ernst Barkmann, Otto Carius y Michael Wittman

Knispel nació en Salisfeld en 1921 en los Sudetes, Checoslovaquia, trabajó de aprendiz en una fábrica de automóviles y en 1940 se presentó voluntario para el arma blindada de la Wehrmacht.
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Fue entrenado en Sagan en Baja Silesia, recibiendo un instrucción básica de infantería más la especialización en los carros panzer I, panzer II, y panzer IV.

El 1 de octubre de 1940 fue transferido a la tercera compañía del 29 regimiento panzer de la 12 división panzer. El 11 de junio de 1941 completa su entrenamiento como cargador y artillero en Putlos.
GUERRA

Knispel es asignado a un Panzer IV bajo el teniente Hellman en el momento de la operación Barbarroja, en el tercer grupo panzer (panzergruppe 3). Combate desde Yarzevo hasta las puertas de Stalingrado, también en el sector Leningrado-Tikhvin y también en el Cáucaso bajo el mando del general Eberhard von Mackensen.

Knispel vuelve a Putlos a finales de enero 1943 donde se familiariza con el nuevo Tiger I. En este momento tiene confirmadas solo 12 bajas.

Desde allí es asignado a una compañía (al mando del Oberfeldwebel Fedensack) del 500 batallón panzer en Paderborn, y de él la compañía termina en la Schwere Panzerabteilung 503, una unidad dotada con los mejores carros del momento. Con ellos combate en Kursk cubriendo el flanco de la 7 división panzer.

Participó en un ataque para aliviar presión sobre la bolsa de Korsun-Cherkassy, y después Vinnitsa, Jampol, y Kamenets-Podolsk.

Retirado del frente, el 503 es dotado de los nuevos Tiger II y luchó cerca de Caen hasta retirarse de Normandía en agosto 1944, evitando la aniquilación en Falaise, fue su única aparición en el frente occidental.

En septiembre 1944, el 503 es enviado a Hungría, donde la superioridad de la ofensiva soviética es apabullante.

Combate intensamente en Mezőtúr (véase batalla de Debrecen), en Törökszentmiklós, Cegléd, Kecskemét, la cabeza de puente sobr e el río Gran, Gyula, Nitra (en Eslovaquia)…

En una de estas acciones Knispel informó de haber recibido 24 impactos enemigos en su tiger II

Lucha ante lo inevitable en Laa an der Thaya en la frontera austriaca y finalmente en Wostitz, en los Sudetes, cerca de su tierra natal.

Allí resulta herido de gravedad de un disparo en el abdomen tras intentar escapar de su tiger II destruido, al enfrentarse a un un asalto blindado soviético, y no sin antes destruir hasta 10 carros enemigos . Es ingresado en un hospital en Urbau pero fallece de sus heridas el 28 de abril, posiblemente debido al insuficiente cuidado recibido, y es enterrado en el cementerio local.

Como por una burla del destino, la guerra termina oficialmente solo 10 días después de su muerte.

Recientemente, el 10 de abril de 2013, autoridades checas confirmaron el descubrimiento de una fosa común en Urbau (Vrbovec, Chequia) con 15 restos humanos de soldados alemanes, entre los que se encontraba Knispel, que pudo ser identificado gracias a su chapa de identificación.

La noticia del hallazgo de sus restos fue prácticamente ignorada por los medios en Alemania y solo fue mencionada a pie de página de algún foro de aficionado de blindados. La Bundeswehr tampoco había valorado la posibilidad para condecorarlo a título póstumo con la cruz del caballero (para mayor vergüenza).

Se cree que ahora esté re-enterrado en el cementerio militar de Brno en la sección alemana.Knispel detestada el sistema nazi, pero fue de los primeros que sintió la llamada de su país, y murió haciendo aquello que le gustaba, tripular su carro.

Fuentes no confirmadas indican que Knispel era un indisciplinado, sus compañeros a menudo lo veían llevando objetos no reglamentarios, los cuellos de la camisa por fuera del uniforme, y una característica barba y pelo largo.

También se le atribuye el haber defendido a un prisionero ruso cuando fue golpeado por un hombre de las SS.

Uno de sus antiguos comandantes, el feldwebel Rubbel, recuerda después de la guerra: “Como persona, Kurt siempre estaba dispuesto a ayudar, no tenía reparos en compartir su comida o bebida con un compañero o incluso dejarte su camisa de recambio” “todos los que le conocíamos sabíamos que siempre contábamos con él independientemente de la situación, tenerlo a nuestro lado nos hacía sentir seguros”

Irónico para un as, no ascendió por encima de sargento (Feldwebel), y sus mejores condecoraciones se reducían a la cruz de hierro de primera y segunda clase, y a la cruz alemana. Fue recomendado para la cruz del caballero hasta 4 veces, pero nunca llegó a recibirla, ni siquiera a título póstumo.
A diferencia de otros comandantes, a Knispel no lo consumía la ambición de condecoraciones; era un hombre de naturaleza más bien modesta. Cuando había disputas sobre la destrucción de unidades enemigas, Knispel siempre se quedaba en silencio, esperando que se le atribuyera su posible mérito a alguien más. Siempre fue muy respetuoso, desestimando y rechazando toda atribución de méritos o reconocimiento a su persona. En el Wehrmachtbericht, el 25 de abril de 1944, su nombre fue mencionado en una entrada en la que se le atribuía la destrucción de 101 carros entre julio 1942 y marzo 1944. Por lo demás combatió como un simple carrista más y no recibió ningún tipo entrevista, ni propaganda, ni cobertura mediática por su servicio.
LOGROS

168 bajas confirmadas, aunque posiblemente asciendan a 195

Este as tenía un ojo de halcón, pues se le atribuye haber destruido un T34 a la formidable distancia de 3000 metros!!


Kurt Knispel a la derecha y su comandante, Hans Fendsack (izquierda). Ambos fueron grandes amigos hasta que Hans Fendsack murió en Normandía.



A bordo del Tiger II, durante su periodo de servicio en el 503, y ya con rango de unteroffizier.

domingo, 4 de enero de 2015

La anecdota de Otto Kretchmer



Una anecdota que le ocurrio a Otto Kretchmer en una de sus patrullas,

Una balsa diminuta flotaba a la deriva con un remo como mástil una camisa blanca como vela. Apoyado en el palo improvisado había un hombre en ropa interior, semiinconsciente.

A la tripulación del submarino alemán le pareció un dibujo animado. Se acercaron y el comandante Kretschmer lo saludo en ingles diciéndole que abajo podría secarse la ropa y comer algo. Después, siempre en ingles, ordeno a Kassel atender al sobreviviente. Kassel respondió en el idioma y condujo al naufrago a la cámara del comandante.

Posteriormente, Kassel describió el episodio:

Le quite la ropa mojada, lo envolví en mantas y lo acosté. Después le serví un poco de ron, que el hombre apuro de un trago. Eso le hizo recobrar un poco el color. Pero no hacia mas que quejarse del dolor de cabeza, y cuando el comandante bajo a verlo lo interrogamos en ingles y vimos que efectivamente, bahía recibido un golpe fuerte. Tomo unos sorbos de café, mientras el comandante trataba de sacarle el nombre del buque, mas que la carga: vigas de hierro. Por mas que pensaba no había caso, no daba con el nombre. Pero después nos dimos cuenta de que efectivamente no lo recordaba. No hacia mas que quejarse del dolor de cabeza hasta que se quedo dormido.

Despertó al rededor de una hora después y al verme sentado en mi puesto frente a la radio, me llamo diciendo que tenia hambre. Recordé entonces que teníamos a bordo unas latas de ananás, parte de del abastecimientos abandonados por el ejercito británico en Dunkerque y que por orden del Fuhrer habían repartido entre las tripulaciones de submarinos. Le di la lata y fui a llamar al comandante que estaba en el puente. Volvimos a interrogarlo sobre el nombre del buque, y esta vez murmuro algo así como "Baronisewood".El comándate consulto el registro Lloyd`s, donde figuraba una embarcación llamada "Barón Blythwood".

Entonces le preguntamos por ese nombre y dijo que si era ese. El hombre pidió mas café. Desde la escotilla del puente nos llegaban las voces del comandante y de un oficial italiano -se había embarcado para estudiar métodos de ataque- que conversaban en ingles. Entonces vino lo bueno cuando le lleve el café que había pedido me dijo:"Gracias, compañero. Un submarino alemán me torpedeo el buque, el desgraciado, pero por suerte los cochinos nazis no me agarraron".Y después de guiñarme un ojo prosiguió sonriendo: "Los embrome" ¿eh?, me recogió un submarino ingles. Eso les enseñara a no meterse con nosotros".

Lógicamente no supe que contestar. Oí la conversación que venia del puente, vi la lata de ananás vacía junto a la cucheta. En el rotulo decía "California". Entonces caí en cuenta de que el individuo no había oído una sola palabra en alemán desde que lo subieron abordo. Medio atontado como estaba no capto los alrededores, y solamente el sonido familiar de las palabras inglesas y el ananás le habían dejado una impresión definida. Además, nuestro uniformes de fajina no tenían nada que nos identificase como alemanes. El comandante decidió buscar algunos de los botes salvavidas del "Invershannon" que navegaban en las cercanías y trasbordarlo. La costa de Irlanda estaba cerca. Cuando le comunique la novedad me dijo enojado: "Pero, ¿porque no puedo quedarme acá? . No quiero trasbordar a ningún bote, estoy muy cómodo "

Busque la mejor manera de decírselo. "Vea amigo, cuando suba al puente encontrara al comandante del submarino, tiene un uniforme igual al mío, pero además llévalos galones de grado en las paletas. Mírelo bien. También vera que la gorra tiene la insignia naval con la cruz svástica. Estamos en un submarino alemán. "No me atreví a decir que nosotros habíamos hundido su barco, pero el naufrago comenzó a reír estrepitosamente:"muy bien, muy bien, pero es una broma pesada...pero lo hicieron muy bien ....¡Ja!, pero no caí... "trate de convencerlo de lo contrario, pero no me hizo caso.

Entre tanto nos habíamos acercado a un bote y lleve al marinero a la torreta para trasbordarlo. Entonces comenzó a fijarse en la insignia de la gorra del capitán y se puso mortalmente pálido. "Lamento que se haya herido y confió que ahora este mejor. Ya nos hemos ocupado de que tenga agua, comida y vendas en cantidad suficiente para que le alcance hasta que lleguen a puerto. Desde el bote salvavidas del "Invershannon", una docena de náufragos ingleses contemplaban la escena sorprendidos.

El sobreviviente, sin decir una palabra, abandono el submarino y se acomodo en el bote. El hombre que empuñaba el timón del bote-un gigante rubio-acepto el pan, agua y vendas que le tendíamos y considero el rumbo que según el comandante Kretschmer habría de llevarlo a la costa de Irlanda. Tomo envión con el costado del U-99 para alejarse. Cuando nos separamos, introdujo la mano debajo del asiento y arrojo sobre la cubierta del submarino una caja de cigarrillos".