La División tenía asignado un frente de 34 kilómetros; hacía poco que se había incorporado un nuevo batallón de relevo para cubrir sus bajas. Había muchos indicios que anunciaban un inminente y potente ataque ruso. El sector oriental del frente español, mandado por el Coronel Sagrado, estaba defendido por los batallones I y II del regimiento 262, el Batallón de Reserva Móvil -”la Tía Bernarda”- y otras unidades -artilleros, zapadores, reconocimiento, etc.-, dando un total de unos 4.200 hombres; contra ellos se dirigiría todo el peso del esfuerzo principal soviético.
a las 06.45 la masa artillera soviética -que ha sido cifrada entre 600 y 800 piezas- abrió fuego simultáneamente sobre las primeras líneas españolas. Tras hora y media de bombardeo, algo después de las 08.00, alargaron los tiros. A continuación, grandes masas de rusos -las divisiones 63ª y 72ª reforzadas con carros de combate- avanzaron confiados porque las posiciones españolas estaban literalmente pulverizadas. Efectivamente, las compañías españolas habían sufrido una media del 50 % de bajas. A pesar de ello, una vez repuestos de la conmoción, sanos y heridos, con las armas aprovechables, defendieron sus posiciones.
El día acabó y la batalla también, pero los refuerzos alemanes llegaron tarde. El frente apenas había retrocedido unos 3 kilómetros. El ataque soviético no había conseguido romper el cerco alemán sobre Leningrado.
El día acabó y la batalla también, pero los refuerzos alemanes llegaron tarde. El frente apenas había retrocedido unos 3 kilómetros. El ataque soviético no había conseguido romper el cerco alemán sobre Leningrado.
Sólo en este día los españoles sufrieron 2.252 bajas (1.125 muertos, 91 desaparecidos y 1.036 heridos). Además, unos 300 españoles, casi todos heridos, cayeron prisioneros. Los soviéticos perdieron 10.000 hombres.
Conocidos posteriormente los detalles de las heroicas actuaciones individuales, se concedieron 2 ‘laureadas’ y 11 Medallas Militares.
Opiniones sobre la batalla
Mucho antes había dicho el General Muñoz Grandes: “Duro es el invierno, duros son los rusos, pero más duros somos nosotros”.
Y Hitler dijo: “Los españoles no han cedido nunca una pulgada de terreno. No tengo idea de seres más impávidos; apenas se protegen; desafían la muerte. Sé que los nuestros están siempre contentos de tener a los españoles como vecinos del sector. Son extraordinariamente valientes, duros para las privaciones, pero ferozmente indisciplinados”.
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