sábado, 28 de julio de 2012

sionismo genocida

 
Otra masacre de la mafia transnacional sionista
 
Los bastardos de la prensa mundial no dicen la verdad sobre lo que está pasando en este instante en Perú, en la región amazónica, en Bagua, donde se está llevando a cabo otro genocidio patrocinado por los amos del complejo empresarial mundial, dominado por judíos. El Estado-gobierno de Alán García está cometiendo una atrocidad-matanza por presión de las empresas transnacionales con quienes el gobierno de Perú firmó la carta de compromiso llamada TLC (Tratado de Libre Comercio) por el cual el imperialista gobierno de EE.UU asegura a las empresas transnacionales los recursos naturales del Perú, y hace que el gobierno de Perú sea otro monigote al servicio de las empresas sionistas. Esta masacre es mandada por los jefes del gobierno de EE.UU, que son los dueños de los bancos y de las empresas transnacionales, para asegurar el saqueo de recursos naturales como petróleo, agua y biodiversidad.  donde la matanza que perpetúa los gobiernos de EE.UU e Israel contra la población civil es descarada y escalofriante por dominación y colonialismo, como lo hicieron los gringos imperialistas en Vietnam o Hiroshima. La vida humana ya no tiene valor. He aquí los hechos: [xxx.jpg]  En 1897, en Basilea, Suiza (la tierra de los banqueros), se lleva a cabo un Congreso Judío Mundial que reunía a los principales maestros rabinos talmúdicos, con algunos personajes nefastos como Aser Ginsberg, Dreyfus Brodsky, Max Nordau, y el principal inspirador del Congreso, el alucinado de Teodoro Herlz, quienes se reunieron, con financiamiento de los Rothchild y Rockefeller, para hablar los siguientes objetivos del judaísmo mundial para los siglos venideros, que incluyen la realidad de un Estado judío, el sueño más esperado por la judería desde el Antiguo Testamento, y la inminente llegada del Mesías judío que hasta ahora esta religión espera, como un Rey del Mundo, un presidente de un gobierno mundial. El más demente mesiánico era Teodoro Herlz, quien él mismo se consideraba el “mesías” de los judíos, en su libraco infame llamado “Estado Judío”, pone la piedra angular del Estado moderno más criminal de la Historia humana. Israel es en verdad un enclave imperialista en pleno Medio Oriente, la vieja ciudad de Jerusalén ("Tierra Santa") siempre fue codiciada por muchos pueblos, estuvo en manos de los babilónicos, de los romanos, de los griegos, de los turcos, de los persas, de los árabes, de los ingleses, y por último pasó a manos sólo de los judíos, con la creación del Estado de Israel el 14 de mayo de 1948, objetivo principal del Congreso Judío Mundial que se reunió cincuenta años antes.   En el Congreso de Basilea de 1897 se planeó con exactitud la creación del Estado de Israel a través de cinco nefastas décadas de exterminio humano, terrorismo de Estado y guerra fraticida. Como en la primera guerra mundial, cuando los banqueros judíos prometieron a los ingleses que EE.UU entraría en la guerra para que los “aliados” puedan derrotar a la poderosa Alemania, siempre y cuando entreguen a los judíos la colonia inglesa en Palestina. Y así fue, en 1917, EE.UU entra en la primera guerra mundial, y junto a los franceses e ingleses derrotan a los alemanes, obligando a Arthur Balfour, ministro de relaciones exteriores de Inglaterra, a firmar la carta de compromiso con los israelitas sionistas, llamada la Declaración del Balfour, por el cual los ingleses se comprometen a que en la tierra Palestina se levante el próximo Estado judío, la gran catástrofe, como llama a esta época el pueblo palestino. Después de un par de décadas, la propagandística industria del "Holocausto judío", supuestamente perpetrado en los campos de concentración de los nazis (quienes también fueron financiados por jerarcas judíos durante la segunda Guerra Mundial), fue la palanca esencial para la consolidación del totalitario y fascista-nazi Estado de Israel. Y no solo se creó el Estado de Israel, sino también la ONU, la OTAN, el FMI (Fondo Monetario Internacional), el Banco Mundial y otros organismos internacionales que trabajan para el Gobierno Mundial Sionista. En 1967, una guerra abierta se desata en Medio Oriente por la abusiva invasión del ejército de Israel a los Altos del Golán en Siria, a la península del Sinaí en Egipto, a Cisjordania en   Palestina, al sur de Líbano, provocando una guerra con estos países árabes por el territorio usurpado e invadido. Incluso, un portaviones del gobierno de EE.UU, el USS Liberty, fue bombardeado deliberadamente por la aviación israelí en el canal de Suez donde murieron como dos mil soldados estadounidenses, ataque que fue culpado a los egipcios, en una operación del “false flag” (falsa bandera) para que EE.UU apoye absolutamente a Israel en esta guerra de los “seis días” para la expansión del Estado de Israel que nunca salió de los territorios ocupados. Hasta que en 1973 Egipto y Siria responden para recuperar los territorios y el día 6 de octubre (el día del Yom Kippur, la festividad religiosa judía más importante) recuperan los territorios perdidos. Pero EE.UU, la Unión Soviética y China, quienes en la ONU vetaron la condena contra Israel por la invasión y ocupación de territorios árabes, armaron a su aliado incondicional en el Medio Oriente y, con un armamento superior y más nefasto, Israel recupera los territorios y se extiende incluso más allá de los límites de 1967. En los años 1980’s y 1990’s, el pueblo Palestino sufre constantes atropellos y matanzas para que se expanda el infame Israel. En 1982, ocurre la masacre de Sabra y Chatila en el sudeste de Beirut, donde miles de refugiados palestinos fueron asesinados a sangre fría por mandato del extremista nazi sionista de Ariel Sharon. Otra infamia que jamás podemos olvidar los pueblos humanos. En los 90’s se agudizan los atropellos y las matanzas contra el pueblo palestino, con bombardeos, desalojos crueles, indignante ocupación, violación, indignidad. En el 2000, los psicópatas militarizan Jerusalén, y realizan más matanzas deliberadas contra población civil. En el 2003, la “hoja de ruta”, otra farsa que legitima el ilegal, criminal e invasor Estado de Israel para detrimento del pueblo vejado, se va extendiendo la infamia. En el 2005 culminan el oprobioso Muro de Gaza que avergüenza a toda la especie humana. En el verano 2006, el ejército de Israel comete un cruel genocidio contra el pueblo de Líbano, miles son asesinados, mujeres, niños, jóvenes con la vista gorda de la olímpica hipocresía mundial. Entre diciembre del 2008 y enero del 2009, Israel vuelve a cometer más genocidio contra el pueblo árabe, más atrocidad en la Franja de Gaza para exterminar a los palestinos que “estorban” a los judíos abusivos que anhelan que un Estado de Israel ocupe toda Palestina. Esto forma parte del "plan" de los sionistas transnacionales que quieren el control absoluto de Medio Oriente, la más grande reserva de petróleo del mundo, para la instauración y consolidación del Gobierno Mundial.  Israel y cómplices reclaman y ponen el grito el cielo. Todo da a parecer que se ha asestado un duro golpe a la impunidad de Israel.

Sin embargo, una observación cuidadosa nos indica que todo esto es un teatro orquestado. ¿El objetivo? Conducir a la opinión pública a una acalorada polémica y controversias sobre "la omisión de los crímenes de guerra de Hamás" en la declaración, por ejemplo, o si "Israel fue víctima de la imparcialidad de la ONU", etc., desviando así el foco de la cuestión primordial, que está en otro lado.
     
Reflexionemos: no se puede decir que Israel haya cometido "crímenes de guerra" en Gaza. Principalmente porque aquella operación difícilmente puede ser llamada de guerra, sino una INVASIÓN. No hubo prácticamente resistencia por parte de los palestinos, porque la población de Gaza estaba prácticamente desarmada. No disponía de medios para defenserse ante la invasión. Es por eso que casi 1400 palestinos fueron masacrados, mientras que 10 soldados israelíes fallecieron, varios de ellos, sintomáticamente, por fuego "amigo" de las mismas tropas israelíes.

O sea, más que "crímenes de guerra", Israel comete un crimen que es en varios órdenes de magnitud peor. Un crimen que viene cometiendo desde hace casi 62 años, no sólo durante la vergonzosa operación "plomo fundido", sino todos los días: hablamos de la perpetración de un crimen de LESA HUMANIDAD, que consiste en asesinar la vida del pueblo palestino en su propia tierra.
    
Entonces: ¿de qué cuernos nos hablan cuando la comisión de DDHH de la ONU dice "crímenes de guerra"? Esto sólo puede ser un sarcasmo orquestado para instalar el concepto que Israel viene pretendiendo introducir desde hace tiempo: que la invasión a Gaza no fue parte del proceso genocida contra los palestinos y un crimen contra la humanidad en general, sino una "guerra", en particular una "guerra contra Hamas". Mientras ahora los medios y la comunidad internacional debaten acerca de las palabras de la declaración, e Israel adopta una pose de ofendido y teatraliza una pelea con el gobierno de Suecia y con la ONU, etc., se va instalando de a poco aquel concepto equivocado en la opinion pública.
    
Es un ingenioso método subliminal que trabaja por lo "aparentemente opuesto", que ante mis ojos ha sido, sin duda, cuidadosamente diseñado por los estrategas israelíes, y que cuenta con la complicidad de la así llamada "autoridad palestina", y también la de la pasividad de Hamás, el cual parece haber entrado por el aro, y por supuesto la consabida complicidad de los principales actores de los países occidentales y los árabes. Lo retan al nene porque insultó a su compañerito menor en la escuela, al tiempo que ignoran y hacen la vista gorda de que todos los días lo golpea, humilla, tortura y viola con su pandilla a la salida. Una vergonzosa cortina de humo que busca permitir que Israel continúe realizando impunemente la fragmentación de la cisjordania, la tortura de presos palestinos, la humillación de familias enteras en check points, la confiscación de casas, la expansión de las colonias, el arranque de campos de cultivos palestinos, en fin, todas las operaciones que buscan asesinar la vida de los palestinos en su tierra.
   
No nos dejemos engañar, no hagamos parte de este teatro. La impunidad a veces se disfraza de imputación sarcástica.

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