El fin de cinco largos años de muertes y guerras, donde millones perdieron la vida sin ningún sentido y que, sin embargo, años más tarde quedaría demostrado que para poco sirvió el aprendizaje.
El 30 de Abril de 1945 las tropas soviéticas estaban avanzando a un ritmo bestial sobre Alemania, ese día Hitler se suicidó junto a su “esposa” (se había casado en el bunker en Berlín), su cuerpo fue supuestamente quemado y nunca se encontraron los restos ya que luego de la llegada de los rusos, decidieron despojarse del mismo.
El 3 de Mayo los soviéticos entraron definitivamente a la ciudad y apagaron cualquier foco de resistencia, pero la historia recuerda el 8 de mayo como el día final.
La fecha es lo de menos, se cambió porque querían llegar a tiempo para los preparativos de los “festejos”, si, así de demagoga la situación, pero había que levantar la moral y la victoria debía ser “festejada”, se llegó a un acuerdo y se atrasó la fecha hasta el 8, en la URSS hasta el 9 inclusive, pero en el Pacífico seguía su marcha el avance norteamericano, todavía no estaba terminado y faltaban las dos morbosas bombas atómicas sobre Japón para terminar la guerra con una cereza... demasiado grande para el pastel.
Berlín quedó en el olvido rápidamente, pero no fue tan así para los berlineses, por un lado los soviéticos se encontraron, al igual que los norteamericanos e ingleses, con los campos de concentración esparcidos por Polonia y Alemania. Por otra parte los mismos soviéticos violaron sistemáticamente a todas las mujeres berlinesas.
Ya lo habían hecho en Prusia Oriental, como así la matanza masiva de civiles alemanes en venganza por lo mismo que habían hecho los germanos sobre Rusia, Rusia Blanca y Ucrania. Es que los eslavos eran “despreciados” por los germanos y la maquinaria de propaganda rusa fue efectiva al transmitir el odio suficiente y permisivo el ejército para dejar que se cometiesen atrocidades que nunca llegaron a un juicio ni nada parecido.
Las penurias de los que salían de los campos de concentración continuaban, no terminaban ahí, ya que escaseaba la comida tanto afuera como adentro de los mismos. El berlinés promedio, antes de la llegada de los rusos tenía una dieta muy particular y racionada: 4 gramos de queso, 350 gramos de pan, 10 gramos de Carne, 5 gramos de grasa, 32gr de un suplemento alimenticio (ni pregunten), 4 gr de café o malta, 16gr de azúcar, y nada más! Cocinaban entre los escombros de la ciudad, ya no quedaba casi nada en pie.
En esa guerra de los alemanes murieron ocho millones de personas, tres millones eran soldados o militares, el resto civiles. La Unión Soviética fue la que más bajas tuvo, unos 20 millones de personas, de las cuales, curiosamente, la mayoría pereció por obra de su propio régimen estalinista.
Al momento del ataque final los rusos contaban con más de un millón de hombres (si, esa cifra) para atacar la ciudad, 185.000 murieron en esa batalla, la misma que Eisenhower no se animó a llevar a cabo por esa misma razón, 275.000 quedaron o heridos o desaparecidos, demasiadas bajas pero el honor soviético estaba en juego.
Pero como siempre los civiles fueron los que más sufrieron, no sólo recibieron las bombas norteamericanas e inglesas que mataron a miles, si no que ahora los rusos estaban a la vuelta de la esquina y ellos sin chances de sobrevivir.
El 30 de Abril de 1945 las tropas soviéticas estaban avanzando a un ritmo bestial sobre Alemania, ese día Hitler se suicidó junto a su “esposa” (se había casado en el bunker en Berlín), su cuerpo fue supuestamente quemado y nunca se encontraron los restos ya que luego de la llegada de los rusos, decidieron despojarse del mismo.
El 3 de Mayo los soviéticos entraron definitivamente a la ciudad y apagaron cualquier foco de resistencia, pero la historia recuerda el 8 de mayo como el día final.
La fecha es lo de menos, se cambió porque querían llegar a tiempo para los preparativos de los “festejos”, si, así de demagoga la situación, pero había que levantar la moral y la victoria debía ser “festejada”, se llegó a un acuerdo y se atrasó la fecha hasta el 8, en la URSS hasta el 9 inclusive, pero en el Pacífico seguía su marcha el avance norteamericano, todavía no estaba terminado y faltaban las dos morbosas bombas atómicas sobre Japón para terminar la guerra con una cereza... demasiado grande para el pastel.
Berlín quedó en el olvido rápidamente, pero no fue tan así para los berlineses, por un lado los soviéticos se encontraron, al igual que los norteamericanos e ingleses, con los campos de concentración esparcidos por Polonia y Alemania. Por otra parte los mismos soviéticos violaron sistemáticamente a todas las mujeres berlinesas.
Ya lo habían hecho en Prusia Oriental, como así la matanza masiva de civiles alemanes en venganza por lo mismo que habían hecho los germanos sobre Rusia, Rusia Blanca y Ucrania. Es que los eslavos eran “despreciados” por los germanos y la maquinaria de propaganda rusa fue efectiva al transmitir el odio suficiente y permisivo el ejército para dejar que se cometiesen atrocidades que nunca llegaron a un juicio ni nada parecido.
Las penurias de los que salían de los campos de concentración continuaban, no terminaban ahí, ya que escaseaba la comida tanto afuera como adentro de los mismos. El berlinés promedio, antes de la llegada de los rusos tenía una dieta muy particular y racionada: 4 gramos de queso, 350 gramos de pan, 10 gramos de Carne, 5 gramos de grasa, 32gr de un suplemento alimenticio (ni pregunten), 4 gr de café o malta, 16gr de azúcar, y nada más! Cocinaban entre los escombros de la ciudad, ya no quedaba casi nada en pie.
En esa guerra de los alemanes murieron ocho millones de personas, tres millones eran soldados o militares, el resto civiles. La Unión Soviética fue la que más bajas tuvo, unos 20 millones de personas, de las cuales, curiosamente, la mayoría pereció por obra de su propio régimen estalinista.
Al momento del ataque final los rusos contaban con más de un millón de hombres (si, esa cifra) para atacar la ciudad, 185.000 murieron en esa batalla, la misma que Eisenhower no se animó a llevar a cabo por esa misma razón, 275.000 quedaron o heridos o desaparecidos, demasiadas bajas pero el honor soviético estaba en juego.
Pero como siempre los civiles fueron los que más sufrieron, no sólo recibieron las bombas norteamericanas e inglesas que mataron a miles, si no que ahora los rusos estaban a la vuelta de la esquina y ellos sin chances de sobrevivir.
Los que se encontraban en algunos bunkers recibieron la orden de las SS de combatir hasta el final, el peor ejemplo es el del zoológico de Berlín donde sólo sobrevivió una cigüeña. Los rusos llegaron a la cancillería del Reich y se encontraron con tres empleadas de Hitler, nadie más había quedado, el resto trató de escapar aunque muchos no pudieron.
Durante los restantes años comenzó la nueva “división” del mundo, partieron a alemania en dos, Alemania Federal y la Alemania Democrática (comunista más bien ), a Berlín la dividieron en dos pedacitos y nació el muro. Millones de alemanes fueron desplazados desde Prusia Oriental hasta el territorio alemán actual, desde Polonia, Checoslovaquia y otros lugares. Los que no pudieron salvarse terminaron en lugares tan remotos como Siberia o Kazajtán donde todavía sobrevive esa etnia.
Tal vez la mayoría de los que lean esta nota no conozcan lo que era el mundo dividido en dos, la “cortina de hierro” y el “capitalismo” del otro lado, esa puja por ver quien era el más poderoso y la carrera armamentista nuclear, pero así fue todo luego de esta guerra.
Y nada se aprendió, como en tantas otras, fue la guerra que más se metió en las ciudades, la que cambió la relación “bajas militares/bajas civiles” de una forma aberrante, la primer gran guerra que no sólo se combatió en el frente si no en las ciudades. Ni la primer guerra mundial tuvo tanta intervención de los civiles en el papel de víctimas, fue esta, la segunda, la que dio el comienzo a la “costumbre” militar y a las “excusas” de los estados para justificar cualquier matanza de civiles en una guerra.
Ahora a nadie le extraña que en Irak se bombardee un hospital con mujeres y niños o que un tipo insano ponga una bomba en un colectivo, en vez de matarse entre militares, ahora el objetivo es el civil.
Winston Churchill, todavía adorado por los británicos, propuso en la cámara de los comunes, ya antes de esa guerra, que debía bombardearse las ciudades alemanas para destrozar a su ejército, matar civiles para desmoralizar y poder así sacarse a Hilter de encima. Cualquier cosa valió de justificación para estos actos.
Hitler fue más allá y ya que nadie le había dicho nada a los Turcos matando Armenios hizo lo suyo con los judíos, gitanos, comunistas y cualquier otro que no fuese de su agrado y los transfirió a los campos de concentración. Todo era “justificable” desde esos puntos de vista.
Hoy en día, 60 años después, convivimos con cosas que nos resultan “normales”, hay campos de concentración como la base norteamericana de Guantánamo, los bombardeos a civiles son llamados “daño colateral” y las bombas atómicas siguen siendo parte del arsenal de por lo menos 10 países.
Alemania se recuperó a un nivel tal que hoy en día es, otra vez, potencia mundial, la mayor potencia económica de europa y uno de los paises más avanzados tecnológicamente y con una sociedad que tiene una repulsión natural hacia la guerra y la discriminación, el aprendizaje fue increíble pero como buenos alemanes siguieron para adelante. Polonia, Checoslovaquia, Francia, Bélgica, Holanda, Dinamarca, Italia, Hungría, Austria, Bulgaria, Grecia, Yugoslavia, la exURSS y las repúblicas que la conformaban, Rumania, Inglaterra, Noruega, Finlandia, todos los involucrados lograron salir adelante y hoy en día son potencias mundiales, tan sólo 60 años nos separan de aquél momento y hoy.
Para curiosos
Hubo una batalla parecida a esta y es muy curiosa e interesante para conocer , fue durante la caída de Berlín que unos 80.000 soldados alemanes (y civiles también) desde Halbe tuvieron que atravezar las tropas soviéticas para... rendirse ante los americanos! Tal era el terror que le tenían a entregarse a los soviéticos. 25.000 lograron llegar, más de la mitad pereció en la travesía
Durante los restantes años comenzó la nueva “división” del mundo, partieron a alemania en dos, Alemania Federal y la Alemania Democrática (comunista más bien ), a Berlín la dividieron en dos pedacitos y nació el muro. Millones de alemanes fueron desplazados desde Prusia Oriental hasta el territorio alemán actual, desde Polonia, Checoslovaquia y otros lugares. Los que no pudieron salvarse terminaron en lugares tan remotos como Siberia o Kazajtán donde todavía sobrevive esa etnia.
Tal vez la mayoría de los que lean esta nota no conozcan lo que era el mundo dividido en dos, la “cortina de hierro” y el “capitalismo” del otro lado, esa puja por ver quien era el más poderoso y la carrera armamentista nuclear, pero así fue todo luego de esta guerra.
Y nada se aprendió, como en tantas otras, fue la guerra que más se metió en las ciudades, la que cambió la relación “bajas militares/bajas civiles” de una forma aberrante, la primer gran guerra que no sólo se combatió en el frente si no en las ciudades. Ni la primer guerra mundial tuvo tanta intervención de los civiles en el papel de víctimas, fue esta, la segunda, la que dio el comienzo a la “costumbre” militar y a las “excusas” de los estados para justificar cualquier matanza de civiles en una guerra.
Ahora a nadie le extraña que en Irak se bombardee un hospital con mujeres y niños o que un tipo insano ponga una bomba en un colectivo, en vez de matarse entre militares, ahora el objetivo es el civil.
Winston Churchill, todavía adorado por los británicos, propuso en la cámara de los comunes, ya antes de esa guerra, que debía bombardearse las ciudades alemanas para destrozar a su ejército, matar civiles para desmoralizar y poder así sacarse a Hilter de encima. Cualquier cosa valió de justificación para estos actos.
Hitler fue más allá y ya que nadie le había dicho nada a los Turcos matando Armenios hizo lo suyo con los judíos, gitanos, comunistas y cualquier otro que no fuese de su agrado y los transfirió a los campos de concentración. Todo era “justificable” desde esos puntos de vista.
Hoy en día, 60 años después, convivimos con cosas que nos resultan “normales”, hay campos de concentración como la base norteamericana de Guantánamo, los bombardeos a civiles son llamados “daño colateral” y las bombas atómicas siguen siendo parte del arsenal de por lo menos 10 países.
Alemania se recuperó a un nivel tal que hoy en día es, otra vez, potencia mundial, la mayor potencia económica de europa y uno de los paises más avanzados tecnológicamente y con una sociedad que tiene una repulsión natural hacia la guerra y la discriminación, el aprendizaje fue increíble pero como buenos alemanes siguieron para adelante. Polonia, Checoslovaquia, Francia, Bélgica, Holanda, Dinamarca, Italia, Hungría, Austria, Bulgaria, Grecia, Yugoslavia, la exURSS y las repúblicas que la conformaban, Rumania, Inglaterra, Noruega, Finlandia, todos los involucrados lograron salir adelante y hoy en día son potencias mundiales, tan sólo 60 años nos separan de aquél momento y hoy.
Para curiosos
Hubo una batalla parecida a esta y es muy curiosa e interesante para conocer , fue durante la caída de Berlín que unos 80.000 soldados alemanes (y civiles también) desde Halbe tuvieron que atravezar las tropas soviéticas para... rendirse ante los americanos! Tal era el terror que le tenían a entregarse a los soviéticos. 25.000 lograron llegar, más de la mitad pereció en la travesía
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