domingo, 2 de septiembre de 2012

Genesis de una infamia


Polonia ataca a Alemania

En la madrugada de hoy, un grupo de emboscados polacos ha atacado la estación de radio de Gleiwitz, dentro de las fronteras del Reich, ocasionando importantes daños en las instalaciones.

Civiles alemanes tras la vil agresión polaca.

Con gran dolor, pero firme en sus deberes para con Alemania, el Führer se ha visto obligado a ordenar el inicio de las hostilidades. A resultas de ello, un total de 60 divisiones alemanas apoyadas por 3.000 tanques y 2.500 aviones han rebasado la frontera germano-polaca, prestas a reparar tan alevosa afrenta. En esta grave hora del destino, roguemos a Dios proteja a nuestro pueblo y a sus soldados.Tras proferir sus últimos estertores la bestia ha caido al fin. La capitulación de Varsovia se ha consumado y los últimos defensores han depuesto sus armas. Algunos focos de resistencia se mantienen aquí y allá en diversas zonas del país, pero no son sino los últimos coletazos de agonía de un monstruo que ha recibido ya el golpe de gracia y que no volverá a morder de nuevo.

La Luftwaffe sobre Varsovia.


Que no digan que no fueron avisados. Que no se quejen por que no se les hayan ofrecido alternativas. Que no se lamenten por los sufrimientos que pudieron haber evitado. En resumidas cuentas, que no duden de la clemencia del Reich. Porque mil y un veces fueron aconsejados, advertidos y mil y un veces rechazaron la paz. Pero el eslavo es así, terco como un buey. A pesar de que sus cabezas de gobierno y de ejército los hayan abandonado a su suerte en una lucha sin esperanza, a pesar de haber sido traicionados por sus mal llamados “aliados”, a pesar de encontrarse completamente rodeados por fuerzas superiores, a pesar de todo ello, la guarnición de Varsovia ha decidido mantenerse sobre las armas.


Bomben auf Warschau!

Por eso, tras varios días de cerco y ofertas rechazadas de capitulación, la Luftwaffe ha iniciado el asalto final contra Varsovia. Más de mil bombarderos en sucesivas oleadas están martilleando sin descanso las defensas de la capital polaca en los prolegómenos del que será el ataque final por tierra. Que Dios se apiade de los justos.En esta hora feliz es nuestro deber recordar a aquellos héroes que han dado su vida por la Gloria de la Patria. Hagamos por que su sacrificio no haya resultado en vano y sepamos construir para sus descendientes una Alemania y una Europa como ellos jamás habrían soñado.

Firma de la capitulación de Varsovia.

Armas y municiones rendidas en el centro de Varsovia.

Por cientos de millares se cuentan los prisioneros polacos.¡Varsovia ha caído! Ayer se acordó el alto el fuego y se espera que el comandante polaco de las fuerzas armadas en Varsovia General Tadeusz Kutrzeba firme hoy la capitulación.

El asalto general comenzó en las primeras horas del 26 de septiembre. Las fuerzas alemanas hubieron de luchar valerosamente calle por calle y casa contra un enemigo que había decidido emboscarse cual alimaña entre las ruinas de su capital, destruida por la más insensata de las obcecaciones. Fue una lucha difícil plagada de muestras de empeño y valor durante la cual la Wehrmacht ha escrito algunas de las mejores páginas de la historia militar y que se ha visto culminada con la feliz victoria.
   La tensión antes del asalto.



La Wehrmacht (y las Waffen SS) en las calles de Varsovia.

Las ratas abandonan el barco



Se ha confirmado la noticia de que el Primer Ministro polaco Ignacy Mościcki y el Comandante en Jefe de las fuerzas armadas polacas, Mariscal Edward Rydz-Śmigły, han abandonado el país. Tan increíble como cierto, las máximas autoridades de Polonia han dejado a su nación en la estacada durante uno de los momentos más claves en su Historia y, en lugar de intentar negociar una paz honrosa u oponer una heroica defensa a ultranza, no se les ha ocurrido otra cosa que poner pies en polvorosa, descabezando al gobierno y ejército polacos. A su llegada a Rumanía el pasado 18 de septiembre como simples inmigrantes ilegales en busca de asilo, ambos fueron puestos de inmediato bajo arresto.

No esperábamos semejante acto de cobardía, especialmente de un hombre como el Mariscal, "el primer polaco después del presidente", como hacía llamarse. En verdad nos gustaría saber en este caso quién ha tenido el honor de ser el primero y ha corrido detrás del otro. Bromas aparte, es cierto que si bien lo del pusilánime Ignacy, incapaz de aceptar nunca ninguna de las generosas propuestas que le hiciera nuestro Führer a fin de resolver el asunto del Corredor, no nos sorprende demasiado, lo que sí nos parece increíble es que el Mariscal se haya atrevido a pasar por alto las obligaciones de un líder militar de alto rango que de forma inextricable unen su destino al de sus tropas. El abandono del campo de batalla no tiene otro calificativo que la cobarde deserción. Más le habría valido al Mariscal haber tomado el ejemplo de los mariscales alemanes y prusianos, a ninguno de los cuales se le conoce haber sobrevivido nunca la derrota de su ejército, habiéndose sabido comportar siempre como fieles capitanes de navío que permanecen impertérritos en sus puestos sobre el puente de mando mientras sus buques se van a pique.

  No deja de resultar irónico el gesto típico que exhibe el Mariscal en la fotografía aneja a este párrafo. Dentro la tradición polaca, el saludo militar se efectúa llevando sólo dos dedos a la visera en lugar de la palma entera, como suele ser habitual. Pues bien, cada uno de esos dos dedos simbolizan "Patria" y "Honor", precisamente las dos virtudes que el Mariscal y el Primer Ministro, el Primer Ministro y el Mariscal, han dejado tiradas por los suelos.

Los alemanes nos condolemos por la deshonra en que sus dirigentes han hecho incurrir al ejército y al pueblo polacos. Quizás debamos agradecérselo al fin y al cabo, puesto que tal vez haya sido por su cobardía y su incompetencia por lo que el éxito de nuestras armas esté siendo total. De cualquier modo, esta clase de gestos ponen en relieve las palabras del Führer respecto a la enorme falacia que constituye la nación polaca como tal, dado que al parecer ni siquiera las propias cabezas de su Estado y de su Ejército son capaces de dar la cara por ella.

Sea como sea, nuestro espíritu no ha desfallecer. Nosotros permaneceremos fieles siempre a nuestros principios y a nuestros ideales y continuaremos adelante en la lucha, como desde el primer día.   Hoy es un gran día para el Reich. Un día de alegría inmensa que culmina el camino de liberación que Alemania inició en enero de 1933, cuando comenzara a vislumbrarse la luz al final del túnel. Un día en el que las atrocidades cometidas en Versalles quedan atrás, como el vago recuerdo de una pesadilla después de una mala noche. Un día en que al fin ya no es una locura pensar que todos los alemanes puedan estar bajo una misma bandera. Un día en el que se abre el paso a una nueva era de verdad, justicia y paz. El día en el que el Führer de Alemania Adolf Hitler entró en Danzig aclamado en loor de multitudes y el día en que la Ciudad “Libre” de Danzig fue incorporada al Reich.

Una imagen vale más que mil palabras, se dice. Por esto, os dejaré disfrutar con el documento de la victoria:



Danzig se engalana para recibir al Hombre.



Danzig grüßt seinen Führer!



Lo que veía el ojo del Führer.



Ídolo de masas.


Durante el ya histórico discurso del 19 de septiembre de 1939.

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