martes, 11 de septiembre de 2012

La Fortaleza de Hegra


Batalla de la Fortaleza de Hegra


Hoy ha capitulado finalmente la guarnición noruega que durante veinticinco días ha resistido el envite de nuestras fuerzas en la Fortaleza de Hegra. El enclave, construido en 1910 con el objeto de bloquear el hipotético avance de invasores suecos a través de la Noruega central dividiendo al país en dos, no debería haber tenido más valor que el puramente simbólico en una campaña aeronaval como Weserübung. No obstante, la épica de los combates que han tenido lugar bien merece que hoy se le rinda el debido homenaje relatando una crónica de lo sucedido.



Grupo de soldados noruegos reunidos por el Comandante Holtermann.



Todo comenzó con los desembarcos de nuestras tropas en Trondheim el día 9 de abril. El Comandante noruego de artillería Hans Reidar Holtermann comenzó el reclutamiento de tropas para oponer resistencia a las fuerzas de invasión alemanas de Trondheim. Sin embargo, al día siguiente de haber desembarcado, nuestros soldados se aproximaron a su campamento militar en Værnes y Holtermann hubo de replegarse hacia lo que entonces era conocido como el Fuerte Ingstadkleiva, a 3 kilómetros de la localidad de Hegra.


Las fortificaciones de la fortaleza constan de trescientos metros de túneles abiertos en la montaña de Ingstadkleiva a base de dinamita, así como un sistema de trincheras y posiciones de tiro excavadas en la roca con explosivos. Hay dos túneles subterráneos principales que discurren paralelos durante ochenta metros con un túnel de treinta y cinco metros conectándolos en ángulo recto. Uno de los túneles principales sirve de cuartel para las tropas mientras que el otro está directamente conectado con los emplazamientos de artillería superiores.



Una de las piezas de 10.5 cm durante su instalación en 1910.


La fortaleza dispone de dos piezas de artillería de 7.5 cm y cuatro de 10.5 cm en torretas dispuestas en enclaves abierto en la roca y reforzados con cemento, así como cuatro cañones de 8.4 cm diseñados antes de la llegada de los sistemas de artillería de retrocarga que pueden ser calificados como auténticamente napoleónicos.


La artillería se encuentra posicionada en línea recta orientada hacia el este, con veinte metros de separación entre cada cañón de 10.5 cm y dieciséis metros entre cada pieza de 7.5 cm. Además, como protección adicional, toda la fortaleza se encuentra rodeada con barreras de alambre de espino.


Para el 12 de abril el Comandante noruego Holtermann había logrado reunir y armar a un total de 250 hombres, que en seguida se pusieron manos a la obra y reactivaron las piezas de artillería de la fortaleza. Se encontraron con que había abundante munición para las piezas, pero ningún sistema de dirección, tablas para el fuego indirecto, ni siquiera mapas de la fortaleza y alrededores. De hecho, los mapas y las tablas de tiro se encontraban en Trondheim y cayeron en nuestras manos el mismo día 9. Nuestras fuerzas les han dado bueno uso durante el asedio.


Los primeros disparos que efectuaron los defensores de la Fortaleza tuvieron lugar el 14 de abril cuando un avión alemán los sobrevoló y fue alcanzado por fuego de ametralladora pesada.



El puente de Hegra, destruido por los noruegos durante su retirada.


A las 5:30 de la madrugada del 15 de abril comenzó el ataque alemán en el sector de Hegra por parte del 138º Regimiento de Cazadores de la 3ª División de Montaña. Los defensores noruegos situados en el puente de Hegra y la estación de ferrocarril, sorprendidos, se retiraron hacia la Fortaleza apoyados por su fuego de artillería. Tras el primer día de combate ya no quedaban defensores noruegos fuera de la Fortaleza.


El primer ataque directo sobre la Fortaleza comenzó a las 7 de la madrugada del 17 de abril con un nutrido bombardeo de la Luftwaffe y nuestra artillería. A las 9 de la mañana atacó la infantería alemana, que fue detenida sólo cuando llegó ante la barrera de alambre de espino situada justo delante de las trincheras noruegas y rechazada por el fuego de los defensores. A pesar de haber repelido el ataque, los bombardeos alemanes continuaron martilleando la Fortaleza. Como resultado, tanto la línea telefónica como el suministro eléctrico quedaron desconectadas ese mismo día y ninguno de ellos volvió a funcionar. Toda la luz que los noruegos pudieron tener dentro de los túneles durante el resto del asedio provino de velas y nueve lampas de keroseno.



Soldados noruegos en el interior de los túneles, con velas.


Al día siguiente, un nuevo ataque por parte de un batallón alemán completo tuvo que cancelarse cuando se desató una fuerte ventisca justo mientras avanzaban a través de la tierra de nadie. A partir de ese momento comenzó el asedio.


El día 18 por la tarde los alemanes y noruegos protagonizaron un encomiable gesto de generosidad. A instancias de dos doctores noruegos, Sigur Arrestad y Meter Berdal, el bombardeo sobre la Fortaleza se interrumpió y los alemanes permitieron que voluntarios locales accedieran a la Fortaleza y evacuaran a los heridos. Nueve soldados noruegos y uno alemán fueron sacados y llevados a un hospital. Los heridos noruegos no fueron tratados como prisioneros de guerra y algunos de ellos, ya recuperados, han vuelto ya a sus vidas civiles.


A partir del 22 de abril, la Wehrmacht dejó de realizar ataques frontales. La campaña de Trondheim tenía otras prioridades desde que la ciudad de Steinkjer cayera en nuestras manos y el avance aliado desde Namsos quedara detenido. Nuestra política a partir de entonces fue de someter la Fortaleza a base de artillería y bombardeos aéreos.


El resto de la batalla fue un lento desgaste para los noruegos. El 23 de abril una de las piezas de 7.5 cm quedó desmantelada, una de las torres de mando destruida y el suministro de agua roto. La segunda pieza de 7.5 cm fue destruida el 24 de abril.



Una de las dos piezas de artillería de 75 cm durante el asedio. Para el 24 de abril las dos habían quedado silenciadas.

El 25 de abril, la Luftwaffe empleó una nueva arma contra la Fortaleza: una bomba especial de 1.800 kilogramos destruyó las edificaciones emplazadas fuera de los muros. Algunos pedazos de metralla llegaron despedidos hasta el pueblo de Hegra a varios kilómetros de distancia. Desde el 29 de abril el bombardeo de artillería fue aumentando en intensidad progresivamente, con cañones alemanes reforzados con cañones noruegos capturados de 12 cm. Al día siguiente una de las tres piezas de 10.5 cm quedó desmantelada. Durante el asedio, más de 2.300 proyectiles de artillería cayeron sobre la Fortaleza de Hegra.


En las primeras horas de hoy, día 5 de mayo la situación es tal que a los defensores noruegos les queda muy poca comida y agua sólo para unos pocos días. Todas las fuerzas aliadas en el sur de Noruega se han retirado o rendido. La Fortaleza de Hegra es el último foco de resistencia al sur de Nordland.



El Capitán Giebel sube a la Fortaleza a aceptar la rendición de la guarnición.


A las 5 de la madrugada el Comandante Holtermann ha reunido a sus hombres en los túneles y comunicado su decisión de rendir la fortaleza. En un breve discurso les ha agradecido sus esfuerzos y les ha dirigido mientras entonaban el Himno Nacional de Noruega. Para las 5:25 la bandera blanca ha sido alzada sobre la Fortaleza y a las 6:30 una fuerza de 60 soldados alemanes y tres oficiales ha llegado para aceptar la capitulación.



La guarnición de la Fortaleza, en nuestras manos.


En el momento de la rendición, la guarnición de la Fortaleza de Hegra ha estado compuesta de 14 oficiales, un oficial técnico, siete sargentos, un oficial cadete, seis cabos, 161 soldados y la enfermera Anne Margrethe Bang.


No lloréis por vuestra derrota, valerosos hermanos noruegos. ¡La victoria de Alemania es vuestra victoria!

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