lunes, 27 de agosto de 2012

No nos vencieron, nos embaucaron.

El Führer ha pronunciado, a las ocho, un discurso en esta ciudad, durante la ceremonia celebrada con motivo del vigésimo aniversario de la fundación del Programa del Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores. Ha hablado desde el mismo lugar donde hablara a sus primeros partidarios hace veinte años, la Cervecería Hofbräuhaus de Munich. Primeramente, el gauleiter Wagner ha dirigido un saludo a los viejos camaradas de los primeros tiempos, llegados expresamente para el acto desde las fortificaciones del oeste, vestidos de uniforme. Después ha expresado la alegría de todos al ver al Führer en tan buen estado de salud y tan contento.



El Führer durante el discurso.




Al comenzar su alocución ha recordado el Führer la fundación del Partido, la humillación de la postguerra y los catorce puntos de Wilson. No nos vencieron. El pueblo alemán fue embaucado por su confianza en la posibilidad de un nuevo orden en el mundo.


Comprendí entonces que al antiguo Estado debía sucederle un Estado popular. Obligado por los belicistas dispuse nuestro rearme en proporciones desconocidas en la Historia. Ha sido efectuada una obra de reconstrucción de proporciones gigantescas, incomparablemente mayor y más importante que toda la labor de los hombres de Estado de las llamadas democracias. Hombres que gobiernan la mayor parte del globo terrestre no son ni siquiera capaces de combatir el paro forzoso en su propio país y, a pesar de ello, hablan de la "reconstrucción de Europa". La lucha por mí emprendida ha sido una lucha contra el espíritu y los principios del Tratado de Versalles.



Hace 20 años en este mismo lugar el Führer expuso los 25 puntos de lo que sería el programa del NSDAP.


Lucha contra la plutocracia.


Nos hemos opuesto, desde el principio, a la concepción según la cual, debe haber en el mundo dos grupos de Estados: uno que no posee nada y otro que tiene todo en su poder. Esta idea capitalista y plutócrata está condenada a perecer. Las peticiones alemanas fueron en extremo modestas, refiriéndose, en primer lugar, a la seguridad del espacio vital, espacio, que los alemanes no permitiremos nos sea regateado ni disminuido. En lo que a esto afecta, Alemania no permitirá ni admitirá ninguna amenaza ni ninguna combinación política dirigidas contra ella. Alemania reivindicó también la devolución de sus antiguas colonias. Hay una cosa sobre la cual no he dejado nunca duda: el que yo estaba animado a la decisión inquebrantable de liberar a Alemania. De la misma manera que he luchado durante trece años en el interior por la libertad de mi pueblo, lucho hoy por ella en el exterior. Mis adversarios y yo procedemos de dos mundos opuestos.


Alemania es invencible.


El Führer ha hecho destacar después que el Reich puede resistir a todos los bloqueos y declara que la situación internacional ha cambiado sensiblemente desde 1918. Ha recordado la amistad germano-italiana, que no se basa únicamente en la afinidad de los dos regímenes, sino también en la amistad de los dos hombres dirigentes y en el hecho de que los dos pueblos se necesitan mutuamente. El Führer menciona después el cambio producido en las relaciones germano-rusas. La esperanza de nuestros adversarios de desencadenar una nueva guerra entre Rusia y Alemania no se ha realizado. Hemos hecho un bien a nuestros pueblos al concertar este acuerdo.



Con motivo del vigésimo aniversario de la fundación del Programa del Partido, ha sido colocada una placa de bronce detrás del podio de oradores.


Nosotros no nos dejamos engañar por Londres. El Japón no se encuentra tampoco del lado de los adversarios del Reich, sino que está unido a nosotros por una estrecha amistad. He aquí, pues, tres Estados poderosos que observan con relación al Reich una neutralidad benévola. Otro síntoma de nuestra fuerza es el Ejército alemán, mucho mejor dirigido y equipado que en 1914. Durante largos años se han puesto las bases para la autarquía alemana y hoy el Reich es invulnerable al bloqueo. Alemania es invencible tanto económica como militarmente.


Lucha hasta el fin.


Es intolerable que se ordene al pueblo alemán, a intervalos regulares, lo que tiene que hacer, con la amenaza de cortarle sus recursos en caso contrario. El régimen que intente hacer esto con Alemania será aplastado. Estamos resueltos a proseguir esta lucha hasta que este terror sea vencido. Alemania ha derrotado en el interior a las hienas de la finanza y no admitirá que quieran hacerle la vida insostenible desde el exterior. El pueblo alemán tiene el mismo derecho a la vida que cualquier otra nación.



Pintura del propio Adolf Hitler retratando el Hofbräuhaus.


Las últimas palabras del Führer han estado marcadas por la confianza absoluta en la Providencia. La bendición de la Providencia ha recaído hasta, ahora visiblemente en el que trabaja, pues sin esta bendición divina no habría sido posible realizar las grandes obras que han señalado la reconstrucción de Alemania.


También resolveremos las tareas futuras. Se trata de asegurar la libertad y el espacio vital de nuestro pueblo. Tenemos que vencer, y venceremos. Incluso si el mundo estuviera, lleno de demonios los venceríamos.
Goebbels en Münster 
 
El doctor Goebbels ha llegado hoy a Münster. En la sala de la Paz del antiguo Ayuntamiento, donde fue firmada la Paz de Westfalia, ha pronunciado un discurso en el que ha expuesto un resumen de las consecuencias y de los hechos históricos que condujeron a la Paz de Wesfalia.


Por primera vea en la Historia la nación alemana está unida y en esta unión reside su fuerza. El pueblo alemán sabe que esta es una guerra a vida o muerte. Ni despreciamos ni concedemos excesiva importancia a nuestros adversarios. Conocemos exactamente nuestros recursos, pero también los de nuestros enemigos. Las tentativas del bloqueo inglés son tan ineficaces como aquellas otras que quieren quebrantar a Alemania por medio de la propaganda. Alemania acabará con las plutocracias que tiranizan el mundo.





A continuación ha hablado de las tareas que el Partido Nacionalsocialista tiene que cumplir actualmente, aparte de sus obligaciones militares y de la confianza inquebrantable del pueblo alemán en la persona del Führer.


Las condiciones en las cuales hacemos la guerra son las mejores. Nuestra alimentación está asegurada; nuestra economía consolidada y tendremos todas las materias primas necesarias y todos los productos que podamos necesitar. Nuestra industria de armamentos trabaja sin descanso.
 
Goebbels ha hecho referencia después á la situación de los estados neutrales: Alemania no sueña, a la manera de Churchill, que estos países se coloquen a su lado, pero es necesario restablecer en esta guerra el concepto de una verdadera neutralidad. Alemania no puede contentarse con una definición de la misma que reconoce una neutralidad militar y no una neutralidad política. No basta que el Gobierno de un estado declare su neutralidad si al mismo tiempo la opinión pública conserva la libertad de los insultos. Ser neutral significa quedar fuera del conflicto. Alemania no sueña con suprimir la libertad de opinión en los estados neutrales, pero hay que procurar no abusar de esta libertad insultando sistemáticamente a una gran potencia beligerante.
 
Por otro lado, el venerable David Lloyd George ha hecho unas declaraciones hoy que han venido a contradecir el enfermizo optimismo del señor Winston Churchill. En ellas, ha comparado la situación del Reich en la guerra actual con la situación de 1914. Entonces Alemania estaba completamente cercada por nosotros. Ahora tiene abiertas las puertas de atrás y de los lados, porque ha concluido acuerdos especiales con Rusia, Italia y Rumania, para el intercambio de productos. Sin quererlo y para seguro escándalo de Churchill, Lloyd George ha concluido sus declaraciones con una clara referencia al bloqueo al que Alemania somete a Inglaterra, a través de un llamamiento a la nación para que se intensifique inmediatamente la producción de víveres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario