
Con las primeras luces del día, y tras haber perdido toda esperanza de llegar a un acuerdo con las autoridades noruegas, el general Von Falkenhorst da orden a sus tropas de iniciar la ocupación sistemática de Noruega. Los alemanes controlan las principales ciudades y puertos, y han conseguido transportar por mar y, sobre todo, aire a un gran número de tropas y armamento. Pero el interior del país sigue bajo control noruego y es menester conquistarlo antes de que, tal como se teme, los aliados envíen una expedición terrestre. El primer objetivo de Falkenhorst en asegurar la zona alrededor de Oslo. Para ello envía a sus divisiones 163ª y 196ª desde la ciudad en dirección a Trondheim. Le oponen resistencia la 2ª División Noruega y, de manera muy desorganizada, la 1ª. Con todo, las tropas alemanas están mejor entrenadas y equipadas, y se imponen sin muchas dificultades al enemigo. Al final del día, los alemanes ocupan Kongsberg, al sur de Oslo, y han obligado a la 1ª División Noruega a replegarse desordenadamente en dirección a la frontera sueca.

En el mar y en el aire, los ingleses continúan hostigando a los alemanes, en un intento por eliminar sus fuerzas navales como preludio de una contraofensiva terrestre en Noruega. A la altura de Stavanger, el crucero pesado Admiral Hipper se une con los cruceros de batalla Scharnhorst y Gneisenau. Los tres grandes buques tratan de regresar a Alemania tras su agitada participación en Weserübung. Pero los ingleses no se lo van a poner fácil, o al menos, lo van a intentar con más intención que fortuna. Detectados por aviones de reconocimiento del portaaviones HMS Furious, la RAF envía varias oleadas de aviones para atacarlos. El mal tiempo y la niebla frustran el ataque inglés. En el norte, mientras un escuadra británica navega a toda máquina hacia Narvik, la RAF ataca al Kampfgruppe 4, fondeado en Kristiansund, con 23 bombarderos Blenheim, 36 Wellington y 24 Hampden. Pese al tamaño de la fuerza inglesa, el mal tiempo y la oportuna aparición de cazas de la Luftwaffe vuelven a frustrar a los ingleses. 9 aparatos británicos son derribados contra 5 alemanes. Solo uno de los aviones ingleses llegó a avistar a los buques alemanes, pero no lo alcanzó. En Bergen, más al sur, tres oleadas de aviones SKUA atacan el puerto, tampoco sin lograr resultados.Con las primeras horas del día, comienza la Segunda Batalla Naval de Narvik. La escuadra británica, comandada por el Vice-Almirante William Withworth, es mucho mayor que la que hace dos días se enfrentó a los alemanes: la componen el acorazado HMS Warspite, el portaaviones HMS Furious y los destructores HMS Bedouin, Cossack, Punjabi, Eskimo, Kimberly, Hero, Icarus, Forester y Foxhound. Por su parte, los alemanes únicamente cuentan para defender al Kampfgruppe 1 con ocho destructores y dos submarinos, dirigidos por el Capitán de Fragata Erich Bey. Justo al iniciarse el enfrentamiento, un biplano Swordfish lanzado desde el Warspite consigue hundir al submarino U-64; ocho marineros germanos mueren y otros 38 son rescatados por los ingleses. El U-64 hace historia al convertirse en el primer submarino de la guerra y de la historia en ser hundido por un avión. Utilizando la superior capacidad artillera del HMS Warspite, los ingleses consiguen destruir a los destructores Dieter von Roeder, Erich Koellner y Herman Kunne. El submarino que había sobrevivido y los destructores consiguen disparar varias andanadas de torpedos contra los británicos, pero los ingenios son defectuosos y ninguno explota. A las 14:15, la formación alemana había quedado rota, y los británicos lo aprovechan. Los destructores Cossack y Foxhound hunden al destructor Bruno, mientras que el Eskimo, el Forester y el Hero acosan y destruyen al Georg Thiele. Aislados, los dos destructores alemanes supervivientes, el Bern von Armin y el Hans Lüdemann, son abandonados por su tripulación, barrenados y hundidos. La Segunda Batalla Naval de Narvik ha terminado con la práctica destrucción del Kampfgruppe 1.

El saldo final es de ocho destructores y un submarino perdidos por los alemanes, con 128 muertos y 67 heridos. Los ingleses solo sufren daños menores en tres destructores y pierden a 28 hombres y otros 55 quedan heridos. Pero más que el número de barcos hundidos, lo realmente importante de esta batalla y de la anterior del pasado día 11 es que Narvik y los 2.000 soldados alemanes del general Dietl ha quedado aislada. La Kriegsmarine ha sufrido a lo largo de Weserübung y de los días inmediatamente posteriores bajas mucho mayores de lo esperado, lo que supone un duro golpe a la moral de la armada pese a que la operación terrestre ha sido un auténtico éxito. A partir de ahora, los buques alemanes no participarán en la Campaña Noruega, lo que abre las puertas a la esperada y previsible contraofensiva aliada.

Prosiguen los avances alemanes desde Oslo en dirección a Trondheim, aunque los combates son de mucha menor intensidad a los de ayer. En el noroeste toman Eidwoll y en el oeste Dramman, sin que en ningún punto se encuentren los germanos con resistencia a gran escala, únicamente escaramuzas. Elverum, la ciudad en la que se ha instalado el rey Haakon VII y su gobierno sufre un importante ataque aéreo alemán durante casi tres horas durante la mañana. También la localidad de Frederickstad, al norte de Oslo y donde tropas noruegas de la 1ª División se están tratando de reorganizar, es bombardeada por la Luftwaffe; a última hora del día los alemanes llegan a dicha localidad. Desde el aire, la RAF vuelve a bombardear el aeródromo de Stavanger, en poder alemán, y lanza minas sobre las aguas noruegas y danesas. Precisamente cerca de Stavanger, el submarino U-34 hunde al viejo minador noruego Froya (595 tn.), que defendía la fortaleza de Agdenes. El ataque tiene lugar a las 18:54 y los 78 tripulantes noruegos salen indemnes.En Harstadt, prosigue el desembarco aliado: hoy llega a la localidad del norte de Noruega la 24ª Brigada Británica, sumándose al batallón de guardias escoceses de la 49ª División que ayer desembarcó en dicha localidad. Evidentemente, los ingleses están reuniendo tropas para expulsar a los alemanes de Narvik, los cuales han quedado aislados tras las batallas navales de los últimos días. Precisamente, Hitler da orden al general Dietl para que se repliegue de Narvik hacia el sur, pero el OKW no transmite la orden, y en su lugar envía otro mensaje instando a Dietl a defender la posición “..hasta el último hombre.” El mando alemán cree que faltos de suministros, los hombres de Dietl no podrán trasladarse cientos de kilómetros hacia el sur atravesando tierra hostil y con los ingleses pisándoles los talones. En el sur, la 6ª División Noruega, que resistía como buenamente podía en Kristiansand, se rinde a los alemanes. El aeródromo de Stavanger es nuevamente bombardeado por la RAF. En el plano político, la jornada en Noruega viene marcada por el anuncio por parte de Vidkun Quisling, el autotitulado nuevo Primer Ministro de Noruega reconocido únicamente por los alemanes, anuncia la disolución de su gobierno y el traspaso de la soberanía del país a las autoridades alemanas. La Noruega Ocupada quedará gobernada de manera interina por un Consejo Administrativo presidido por Ingolf E. Christensen, antiguo Ministro de Guerra y considerado uno de los pocos germanófilos con algo de apoyo popular. Nuevo desembarco británico. Esta vez es en Namsos, en el centro de Noruega, donde un pequeño contingente de los Royal Marines había desembarcado ya el pasado día 14, pese a los constantes ataques de la Luftwaffe. Hoy, la mayor parte de la 146ª Brigada Británica llega Namsos, y mañana desembarcará el resto de la unidad. Dirigidos eficazmente por el Teniente General sir Adrian Carton De Wiart, el contingente aliado de Namsos inicia de inmediato su avance, ampliando su perímetro y avanzando hacia Steinkjer, un nudo de comunicaciones de vital importancia por conectar con Narvik y con Trondheim. Además, se envían grupos de soldados hacia otros puntos con el fin de enlazar con las tropas noruegas que se supone que permanecen en la zona. Pero la Luftwaffe, que ya opera desde aeródromos en Dinamarca y en la propia Noruega, no se lo pondrá fácil a los británicos, y lanzará constantes ataques sin oposición, ya que los cazas de la RAF no tienen autonomía suficiente para proteger a las tropas de Namsos.
En otros puntos de Noruega, los alemanes toman Frederickstad, al este de Oslo, con lo que ya controlan una sección de la frontera sueco-noruega desde Askim hasta el mar. Algo más al norte, los alemanes consiguen tomar Kongstinger. En cuanto al avance hacia el norte de Oslo, los alemanes tropiezan con resistencia organizada, lo que retrasa el avance germano en esa dirección. En el suroeste de Oslo, los alemanes capturan el pequeño puerto de Tonsberg; dos submarinos noruegos que se habían refugiado allí son hundidos por sus propias tripulaciones para evitar caer en manos enemigas. Respecto a la guerra aérea, al igual que en Namsos, la Luftwaffe está intensificando sus salidas contra las fuerzas noruegas que aun resisten. No hay ninguna oposición aliada a los aviones germanos y el III Reich tiene el dominio total de los cielos.


Precisamente, los ataques aéreos alemanes serán el principal problema con el que se encuentre la Mauriceforce, además de numerosos problemas logísticos ocasionados por las tortuosas costas noruegas y los todavía demasiados comunes problemas de coordinación entre los militares británicos. El resultado será la escasez de municiones y la peligrosa falta de equipamiento como esquís, esenciales en un país como Noruega. Con todo, los soldados aliados inician el avance hacia el sur, en concreto hacia la estratégica posición de Steinkjer. En Andalsnes, aunque la Sickleforce consigue desembarcar sin muchos problemas, los hombres llegan con cuentagotas, lo que retrasa el avance. Su objetivo primario es el nudo ferroviario de Dombas, donde, por cierto, la compañía de paracaidistas alemanes lanzados el pasado día 14 siguen combatiendo, rodeados por tropas noruegas muy superiores en número. Y frente a estos avances aliados, los alemanes se preparan para la defensa. Reforzados por vía aérea, las tropas alemanas en Trondheim pasan de 1.800 el día 15 a 3.500 hoy; mañana serán 5.000. Y todo ello sin contar que desde Oslo, las divisiones 163ª y 196ª de Infantería Alemana avanzan lentamente hacia la zona, eliminando los focos de resistencia noruegos cada vez menos activos. En el plano político, hay que reseñar que hoy, el Gobierno Noruego declara oficialmente la guerra a Alemania, orden que es de inmediato sancionada por el rey Haakon VII. Evidentemente, es solo una mera formalidad diplomática.
La 146ª Brigada Británica, de la Mauriceforce, en Namsos, protagoniza el primer combate de importancia entre las fuerzas expedicionarias anglo-francesas y la Wehrmacht en Noruega. Avanzando desde Namsos, la brigada inglesa buscaba capturar el enclave de Steinkjer, clave para continuar el avance hacia Trondheim. Pero los alemanes, que han recibido durante los días previos numerosos refuerzos por aire, no están dispuestos a dejar que los británicos se salgan con la suya tan fácilmente. Apoyados por un cañonero, un destructor y dos pesqueros armados capturados a los noruegos, buques que son de gran ayuda al hostigar el flaco derecho británico, los alemanes consiguen frenar el intento británico por ocupar Steinkjer, y la mayor parte de la 146ª Brigada se repliega durante la noche. Esencial para el éxito alemán en este encontronazo, ha sido el apoyo aéreo: la Luftwaffe, sin oposición en el aire, ataca a voluntad a las fuerzas aliadas en Namsos.

Menos suerte tienen los alemanes en Dombas, más al sur. Allí la compañía de paracaidistas (fallschirmjaeger) que combatía a los noruegos desde hace seis días dirigida por el Teniente Herbert Schmidt se rinde a las muy superiores fuerzas noruegas que los cercaban. A lo largo de esta caótica operación que tenía como objetivo evitar que noruegos o ingleses se apoderaran del nudo ferroviario de Dombas, han perecido 21 paracaidistas (15 durante el salto), y otros 40 han resultado heridos de diversa consideración (34 durante el salto). Los 164 paracaidistas supervivientes, se rinden, tras haber agotado sus reservas de munición, al Mayor Arne Sunde, del Ejército Noruego y antiguo Ministro de Justicia. En el resto de Noruega, prosiguen los avances alemanes al norte de Oslo.
En el sector de Namsos, mientras la 146ª Brigada Británica se repliega a la ciudad, tras su fracasado ataque de ayer contra Steinkjer, la Luftwaffe lanza el mayor ataque aéreo hasta el momento de la campaña contra la ciudad de Namsos. Docenas de bombarderos nazis atacan sin piedad la localidad, sin que los aliados puedan ofrecer resistencia al carecer de aviones y artillería antiaérea. Las zonas de la estación de ferrocarril, el cuartel general francés y, sobre todo, el puerto, son las más castigadas; los edificios de madera tan típicos de Noruega se convierten rápidamente en pasto de las llamas. La ayuda aliada tiene un coste muy alto para los habitantes de Namsos. En el puerto, el pequeño minador HMS Rutlandshire, único buque aliado en Namsos en esos momentos, es alcanzado por una bomba y sus tripulantes lo abandonan. Los aviones alemanes ametrallarán a los marineros ingleses mientras tratan de escapar nadando. La inmensa mayoría será rescata más tarde por destructor HMS Nubian.

Más al sur, el general Otto Ruge, general en jefe noruego, decide desplegar a la única división medianamente operativa que le queda, la 2ª de Infantería, a lo largo de una improvsada línea defensiva entre Lillehammer y Rena. Su objetivo es proteger dos estratégicos valles en el centro-sur del país y ganar tiempo hasta que los aliados envíen refuerzos desde Andalsnes. Pero los alemanes también hacen sus propios planes. Tras haber asegurado el perímetro alrededor de Oslo y buena parte de la frontera sur con Suecia, las fuerzas de Falkenhorst se dividen al llegar a lago Mjösa. La 196ª División avanzará por el valle del Gudbrandsdal en dirección a Lillehammer; la 163ª por el valle del Osterdal, ocupando la localidad de Everum. El rey y el gobierno noruego, que habían establecido provisionalmente en esa localidad su cuartel general, huyen a Molde, en la costa noroccidental. En el mar, el torpedero noruego Stegg es hundido por el cañonero alemán Bremse tras una corta pero muy intensa batalla. La mayoría de la tripulación sobrevive y es rescatada por los alemanes.
En el sector de Namsos, las fuerzas alemanas tratan de conquistar el puente de Verdal, sobre el río Ogna, en un intento de perseguir a las fuerzas aliadas de la Mauriceforce que se repliegan hacia la localidad de Namsos. La posición está defendida por 80 soldados noruegos y una sección de Reales Ingenieros Británicos. Los alemanes atacan al amanecer, pero tras hora y media de intensos combates, los aliados consiguen frenarlos. Sin embargo, el éxito es efímero. Ante el temor de quedar rodeados, los defensores del puente se repliegan, uniéndose a la retirada general hacia Namsos. Las posiciones británicas que se mantenían en Steinkjer son bombardeadas por la Luftwaffe.



Se intensifican los combates en el centro del país. La 15ª Brigada Británica, ya perfectamente operativa y habiendo relevado a la castigada 148ª Brigada, lanza una serie de contraataques contra la 196ª División Alemana, contando para ello con el apoyo de combatientes de la 2ª División Noruega. Sin embargo, la división alemana consigue rechazar todos estos ataques y prosigue su marcha a través del valle de Gudbransdal. La otra división germana, la 163ª, prosigue su avance hacia Trondheim a través del valle de Osterdal. En el norte, tras la frustrada incursión naval inglesa de ayer, las tropas noruegas que aun se encuentran en los alrededores de Narvik comienzan a hostigar a los alemanes del general Dietl lanzando pequeños ataques y escaramuzas, a la espera de que los británicos pasen a la acción. En el mar, el carguero alemán, Afrika, capturado por los noruegos unos días atrás, es hundido por sus captores mientras la Kriegsmarine intentaba lanzar una operación de rescate. Pero los alemanes se vengan: en el puerto de Andalsnes, la Luftwaffe al torpedero noruego Trygg y al destructor de esta misma nacionalidad Garm.
En el centro de Noruega, la campaña continúa empantanándose para los aliados. En la localidad de Kvam, al norte de Lillehamer, la 15ª Brigada Británica (asignada a la Sickleforce del general Paget) se atrinchera en un intento de frenar el avance alemán. Pero a las 06:30, la 196ª División Alemana, bajo el mando del general Pelleghar, lanza un potente ataque, que comienza con un intenso fuego de artillería y prosigue con hasta cuatro oleadas de infantería alemana que, lentamente, han ido ganado terreno a los británicos.

Perseguida por la 196ª División Alemana, la 15ª Brigada Británica toma posiciones a toda prisa en la localidad de Kjörem, en el valle del río Laagen. Pese a la premura con la que deben actuar, los ingleses consiguen establecer posiciones defensivas a ambos lados del río, aprovechando los bosques y otros accidentes naturales para organizar sus defensas. Sin embargo, los alemanes les pisan los talones. A las 08:15 comienzan los combates con un ataque alemán por ambas orillas del río. Los ingleses combaten con gran fiereza, y no se dejan superar por los alemanes. Sin embargo, la Wehrmacht cuenta con un importante apoyo de artillería, morteros, carros y, muy importante, la ayuda desde el aire de la Luftwaffe. Así, la 15ª Brigada vuelve a ceder terreno poco a poco, y los alemanes van desalojando al enemigo de sus posiciones defensivas. Ya en la tarde, los ingleses se repliegan de Kjörem, aunque solo para establecer una nueva línea defensiva en la orilla norte del río. Los alemanes combatirán en esta nueva línea hasta que al llegar la noche se replieguen de nuevo en dirección al cada vez más cercano mar.

El general al mando de la Sickleforce, el general Pager, pide, desesperado, a Londres que le sean enviados refuerzos, suministros y artillería, y señala que su situación es insostenible. Algo más al norte, la Mauriceforce del general Deviant tampoco está mucho mejor: cercados en Namsos, son sometidos a constantes ataques aéreos por la Luftwaffe. Únicamente parece que en Narvik los aliados son capaces de mantenerse, y únicamente gracias a que los alemanes están cercados y han optado por una estrategia defensiva. La Operación Hammer, iniciada el pasado día 18 para recuperar el centro de Noruega, ha fracasado rotundamente. El Alto Mando Británico decide que la situación es insostenible y comienza a preparar planes para evacuar a sus fuerzas en el centro y el sur de Noruega.
Prosigue el calvario para la Sickleforce del general Paget y su 15ª Brigada. Hoy, la unidad británica vuelve a tratar de atrincherarse en la localidad de Otta, en el valle del río Laagen y a unos 16 kilómetros de Kjörem. Al igual que ocurrió ayer, los británicos tratan de aprovechar las ventajas naturales para establecer sólidas posiciones defensivas. Al amanecer, la 196ª División llega a la localidad y lanza su asalto. Aprovechando la cobertura de la artillería y la Luftwaffe, y con la innegable ayuda de los Panzer I que los acompañan, los soldados alemanes consiguen, pese a la dura resistencia inglesa, conquistar Otta. Otra nueva derrota para la ya desesperada Sickleforce. El general Paget recibe un mensaje procedente de Londres: la situación en Noruega central se considera perdida y las fuerzas aliadas deben de prepararse para una inminente evacuación; en Namsos, la Mauriceforce recibe las mismas órdenes. Los noruegos en un principio se resisten, pero finalmente aceptan evacuar a su gobierno y a las pocas fuerzas que les quedan. Precisamente, en un intento de “ablandar” a los noruegos, la Luftwaffe comienza hoy una campaña continua de bombardeos sobre la ciudad portuaria de Kristiansund que se prolongará durante cinco días. La históricas localidad quedará reducida a ruinas. En el norte, al menos la situación permanece estable: un destacamento de cazadores de montaña franceses refuerza a la Rupertforce que permanece en Harstad, al norte de la cercada Narvik.


Este último día de Abril es también el momento de inflexión de la guerra en Noruega. Avanzando sin apenas oposición a través del valle del Osterdal, la 163ª División Alemana procedente de Oslo enlaza con la 181ª División en Trondheim. La carrera por Trondheim ha terminado; el Reich ha asegurado con éxito Noruega Central. Un poco más al sur, la Sickleforce continúa se repliegue en dirección a Andalsnes, con objeto de ser evacuados vía marítima. Sus perseguidores, la 196ª División Alemana toma hoy el paso de Dombas, donde hace unos días una compañía de paracaidistas fueron derrotados. En esta ocasión, los alemanes ocupan la localidad sin apenas resistencia. Aislados por el rápido avance de la 196ª División, la 2ª División Noruega, la única unidad de esta nacionalidad que ha podido llevar a cabo una oposición efectiva a los alemanes, se rinde, aunque diversos elementos continuarán combatiendo entre hoy y mañana.

Ahora Noruega está cortada en dos, y los alemanes ya controlan prácticamente la totalidad de la mitad meridional del país. Y los aliados comienzan la evacuación. El primer buque en salir es el HMS Fleetwood, que parte de Andalsnes con 460 soldados noruegos. Le seguirán muchos otros en los próximos tres días. Pero la Luftwaffe no se los va a poner fácil y lanzará constantes incursiones. En Namsos, el destructor HMS Bittern es alcanzado por varias bombas lanzadas por aviones Ju-87 y se incendia; los supervivientes abandonan el buque que finalmente echado a pique a cañonazos por el destructor HMS Carlisle.


Y mientras sus tropas combaten en Noruega y se preparan para la ya inminente campaña en occidente, Alemania celebra hoy la Fiesta Nacional del Trabajador Alemán, una de las fechas más significativas para los nazis. Aunque tradicionalmente el Führer daba dos discursos, ahora y con motivo de la guerra, la alocución oficial queda a cargo de Rudolf Hess.
No hay comentarios:
Publicar un comentario