miércoles, 30 de mayo de 2012

Harald III..El despiadado y los Berserkers

                                     Harald III  El despiadado, nació en 1015. Harald Hardrada fue rey de Noruega de 1047 a 1066. fue hijo de Harald I (El de bella cabellera). Harald Hardrada era medio hermano de Olaf II, rey de Noruega. Cuando sólo contaba quince años, Hardrada luchó contra los daneses en la batalla de Stiklestad en el año 1030, combatiendo junto con el rey Olaf II de Noruega (del cual era el menor de sus hermanastros), muriendo este último en la batalla contra los rebeldes noruegos que contaban con el apoyo del reino de Dinamarca. Harald Hardrada estaba con Olaf cuando éste fue asesinado en la batalla de Stiklestad en el año 1030.
Harald Hardrada, al poco tiempo de comenzar su reinado en Noruega, Harald sería conocido como Hardrada, es decir, el despiadado, el duro gobernante.

Harald Hardrada resultó gravemente herido en la batalla, y tras recuperarse huyó hacia los territorios del Oriente. Harald Hardrada solicitó refugio en Kiev y fue protegido por su gobernante, el príncipe Yaroslav El Sabio. Viajó durante 14 años, recorriendo y alimentando su idea de un imperio organizado, tomando nota de los nacientes estados rusos. Prestó servicios en los ejércitos del oriente y de Bizancio como miembro de la guardia imperial de la emperatriz bizantina Zoé Porfirogeneta, dejando un legado de grandes hazañas por el Mediterráneo, lo cual se redacta en diversas sagas, en las cuales se menciona que los reyes de Europa en esa época le pagaban para que custodiara sus territorios y no cometiera pillajes en contra de otros estados.
En 1045 Harald Hardrada regresó a Noruega y 2 años después se convirtió en rey de Noruega tras negociar con Magnus Olafsson la mitad del reino a cambio de la mitad de la riqueza que Harald había acumulado en oriente, un año después su sobrino, Magnos Olafsson, murió y Harald Hardrada fue rey de todo el reino Noruego.
Luchó con ciertos éxitos y fracasos en las batallas por el trono danés de Sweyn II (1045-62). Amplió las posesiones de Noruega ocupando las islas Orcadas, las Shetland, y las Hébridas, y fundó la ciudad de Oslo alrededor del año 1050.
En pocos años Harald Sigurdsson fue mejor conocido como Hardrada (El despiadado, el duro gobernante). Después, en los siguientes pocos años se involucró en una larga guerra de desgaste contra el rey Sweyn en Dinamarca. La paz Harald Hardrada y Magnos Olafsson se selló en un acuerdo de paz en el año 1064. En su afán por conquistar más territorios volvió a declarar la guerra a los daneses, a la vez que sus ansias de poder lo llevaron a poner sus ojos más allá del mar del Norte.
Cuando Edward el confesador, murió en 1066, Harald Hardrada clamó que Edward le había prometido a él y sus desendientes el trono inglés.   
En 1066 Tostig, el hermano de Harald Hardrada, de Wessex, se encaminó a Noruega para encontrarse con el rey Harald Hardrada. Los dos reyes, acordaron invadir Inglaterra y a principioos de Septiembre, cerca de 300 naves salieron a lo largo de la cosa e hicieron algunos saqueos, incluyendo la quema de Scarborough.
Cuando a Harold, el rey de Inglaterrase le dijo a través de un mensajero que Harald de Noruega había invadido con la intensión de conquistar toda Inglaterra, se dice que el rey replicó: "Le daré solo seis pies de suelo inglés o, ya que se dice que es un hombre alto, le daré siete pies"".
El 25 de Septiembre, el ejército de Harold Hardrada llegó aYorkshire. Tomó Tostig y Hardrada fue sorprendido en un lugar llamado el puente de Stamford. Era un día caluroso y los Noruegos se habían quitado armaduras. Harold y sus tropas Inglesas devastaron a los Noruegos. Ambos reyes, Harald Hardrada y Tostig, fueron asesinados. Los pérdidas de los noruegos fueron considerables. De las 300 naves que llegaron, sólo 25 regresaron a Noruega.
Los Drakkars eran las naves principales de los vikingos, que provenían de las regiones Escandinavas. Harald Hardrada usaría embarcaciones de este tipo en su invasión a Inglaterra.

De los legados más importantes de Harald Hardrada se pueden describir en la visión de un mundo disponible para él, en el que su autocracia se impusiera, no existiendo suficiente oro ni riquezas para saciar sus ansias de poder. Harald Hardrada, al intentar reunificar el estado de Noruega, tenía el siguiente lema: "Ríndanse o mueran", aplicando la doctrina del exterminio de las diferentes tribus rebeldes que estaban ubicadas a lo largo del territorio. También hay que reconocer que su visión imperialista individual formó el carácter moderno de un emporio comercial diversificado entre los diversos mercados europeos de la época. a Harald Hardrada puede atribuírsele además el diseño implementado de las embarcaciones conocidas como Drakkars, que surcaron los mares en busca de aventuras y riquezas. Los Vikingos atravesaban velozmente el mar asolando las costas desde sus "drakkars" (llamadas así porque las proas y popas de sus naves estaban adornadas con cabezas de dragón).    Los vikingos, que significa "hombres del norte", fueron la última de las tribus bárbaras llamadas germanas por los romanos que aterrorizó Europa. La población se sentía atemorizada por los vikingos debido a su ferocidad y crueldad. Por otra parte, además de buenos guerreros, los vikingos eran diestros artesanos, marineros, exploradores y comerciantes. El modo de saqueo de los vikingos impulsa la construcción de castillos y favorece la descentralización política del feudalismo. Además los vikingos establecieron regímenes políticos y administrativos en los territorios conquistados. Algunos de ellos no sobrevivieron a la era de los vikingos, como los reinos de Dublín y York; pero Islandia sigue existiendo como Estado,Se dice que el inicio del nombramiento de vikingos a los escandinavos tiene lugar con el saqueo del monasterio de Lindisfarne (793), siendo pronto seguido por ataques a otros monasterios, ya que los Vikingos tenían tradiciones paganas y creencias en los dioses nórdicos (Odín, Thor, Heimdall). Los anales y crónicas de los dos siglos siguientes están llenos de relatos aterradores. Los vikingos emplean un modo de saqueo parecido a la guerrilla, haciendo uso de sus veloces naves, llegan a las costas europeas de manera impredescible y atacan rápida y violentamente, tratando de conseguir el mayor botín, para retirarse tan rápido como llegaron, dando pie a que no se les pueda hacer una fuerte resistencias, dando lugar al desgaste
A finales del siglo VIII, ya realizaban grandes incursiones a través de los ríos de Rusia, estableciendo fortificaciones defensivas. En el siglo IX gobernaban Kiev; y en el 907, una escuadra de 2.000 embarcaciones y 80.000 hombres de los vikingos atacó Constantinopla, aceptando el ventajoso acuerdo comercial que el emperador bizantino les ofreció a cambio de su retirada.                            
Un gran ejército danés de los vikingos invadió Inglaterra en el 865, continuando a lo largo de dos siglos su expansión por la mayor parte de la isla. Canuto, quien gobernó simultáneamente Dinamarca y Noruega, fue uno de los últimos reyes vikingos de Inglaterra antes del año 1066. Una gran flota que atravesó el Sena con la intención de atacar París en el año 871 tuvo sitiada la ciudad durante dos años, hasta que se llegó a un beneficioso acuerdo económico para los vikingos. Este incluía un elevado pago en metálico y el permiso para saquear el oeste de Francia sin impedimento. Las incursiones de los vikingos cesaron a finales del siglo X. Dinamarca, Suecia y Noruega se habían convertido en reinos, y los reyes dedicaron la mayor parte de sus energías al gobierno de sus dominios. Con la expansión del Cristianismo, los antiguos valores guerreros de los vikingos se debilitaron hasta desaparecer. Las culturas que habían conquistado los absorbieron; y así los ocupantes y conquistadores de Inglaterra se volvieron ingleses, los normandos franceses, y los varegos rusosLa era de los vikingos se cree que se extinguió con el último reducto hostil que representaba el rey Harald III el despiadado (Hardrada), el cual murió en acción en la batalla por intentar tomar posesión del territorio de Inglaterra en la batalla de Stamford Bridge en el año 1066

curiosidades vikingas..

En la sociedad vikinga, de igual manera que cualquier jefe de una casa podía oficiar los sacrificios a modo de sacerdote, a las mujeres también se las podía considerar sacerdotisas de su propio hogar. De hecho, el telar que había en todas las casas, y que era parte del intransferible mundo femenino, estaba asociado con la buena suerte de la familia. Las mujeres nórdicas tenían rituales o conjuros para casi todas las acciones de la vida.

 
Pero había otra magia más especializada, como el caso del seidr, que podría definirse como una forma de chamanismo femenino practicado en el norte europeo. La palabra viene de la raíz indoeuropea sed- y, al igual que el sedere del latín, tiene el sentido de sentarse en comunión con los espíritus.

 
La oficiante, llamada seidkona, acompañándose de un canto llamado vardlokur o galdrakona para entrar en trance, conseguía desarrollar facultades para la sanación física, mental y espiritual, la profecía o la canalización de los dioses y diosas a través de otra persona. También algunos de los actos considerados comúnmente como maléficos, como provocar enfermedades, tormentas o la muerte.

 


En la Saga de Erik el Rojo, una tal Thorbjorg llega a una casa donde es instada a hacer una profecía sobre cuándo acabaría la mala racha por la que estaba pasando Groenlandia. La saga pormenoriza su atuendo, lo que nos da una idea de que tenía que ser muy significativo: capa azul atada con tiras de cuero y adornada con gemas, capucha negra de piel de cordero forrada con piel de gato blanco; de esta misma piel son sus guantes, y no puede faltar una bolsa que cuelgue de su cinturón con todos los elementos que necesita para desarrollar sus facultades.

 
Para cenar le dan gachas con leche de cabra, que toma con una cuchara de latón, y un plato con corazones de las distintas clases de animales que hay en la granja, que come con un cuchillo de hija rota con el mango de colmillo de morsa con dos anillos de cobre. Pero aún falta un elemento importante: alguna mujer de la granja que sepa recitar el Vardlokur. Finalmente, puede realizar la profecía sobre el final de la epidemia y del hambre que se habían desatado aquel invierno.
Siempre que nos hablan de los vikingos nos imaginamos a esos grandes guerreros que combatían en el mar, pero no todos los vikingos fueron navegantes, los que no viajaban vivían en aldeas y llevaban una vida cotidiana como comerciantes o artesanos. Otros vivían en granjas.

 
Los granjeros cultivaban vegetales como arvejas y col. También recogían frutas del bosque y bayas. Como la temporada de cultivo era bastante breve y los inviernos eran largos, los granjeros tenían que asegurarse de que hubiera suficiente comida para que durara durante todo el frío invierno.

 
La pesca también constituía un alimento básico, los peces más comunes eran el bacalao y el salmón. Y también recogían y consumían algas del tipo Palmaria palmata, un alga de hoja muy fina, en tiras un poco separadas. Su color es rosado y presenta un regusto dulzón. Se consumía cruda o cocida.
También criaban ganado y comían carne de res y de cordero. Las ovejas y las cabras tenían la tarea primaria de producir la lana y la leche. Aunque también consumían leche de vaca.

 
La ganadería, la agricultura y la pesca habían sido la base de subsistencia de los habitantes de Escandinavia durante siglos, pero no era suficiente. El alimento tuvo que ser complementado con la caza de renos y ciervos. Los caballos aliviaron el transporte a los asentamientos; sin embargo no formaban parte del menú.

 
La bebida era el aquavit (aguardiente a base de patatas y comino) y el hidromiel o cerveza vikinga.

 
Los vikingos disponían de cocinas bien equipadas, con tinas grandes y pequeñas para almacenar todo tipo de alimentos. Almacenaban principalmente carne seca y productos lácteos como leche agria, queso o mantequilla.La visión tradicional del papel de los vikingos en la historia monetaria desde el siglo VIII al XI es el de saqueadores y extorsionadores que satisfacían su sed de plata asaltando sin misericordia la riqueza de sociedades financieramente más avanzadas.

Investigaciones recientes revelan actividades más positivas en este campo, en especial su contribución al desarrollo de pueblos y del comercio. En Europa occidental la recaudación de gelds (tributos) por parte de los vikingos estimuló el desarrollo de una economía monetaria entre sus víctimas, y la exacción de tributos no excluía las relaciones comerciales. Los vikingos fueron responsables del desarrollo de rutas comerciales a través del Báltico oriental con Kiev, Rusia y Asia Central, pero la mayor parte de su beneficio procedía de la venta de esclavos raptados durante sus asaltos.

Monedas vikingas

Una vez asentados en comunidades en las tierras conquistadas, los vikingos adoptaron los sistemas monetarios existentes, o los crearon de nuevo, como en Dublín, con frecuencia utilizando a expertos nativos o importados para manejarlos.

El ímpetu inicial pudo ser el prestigio o la necesidad de hacer regalos oficiales, pero enseguida surgió el uso de moneda para propósitos fiscales y comerciales.

En su patria, los vikingos se contentaban con usar dinero extranjero y tardaron mucho en introducir monedas exclusivamente nacionales porque llevó tiempo desarrollar las instituciones necesarias para manejar con éxito el sistema. Pero las economías sedentarias no apaciguaron la energía militar de los vikingos ni terminaron con su afán expansivo, de manera que sus herederos siguieron luchando por tierra y fortuna bajo el nombre más respetable de normandos.El primer contacto que tuvieron los vikingos con la Península Ibérica fue en la costa cantábrica, donde su intención era tomar algunos puertos para establecer allí la base de operaciones de cara a posteriores incursiones. Desde el Cantábrico bordearon la península y bajaron hacia Lisboa donde no se les pudo contener por no estar preparada la ciudad para rechazar este tipo de ataques por mar. Desde las costas portuguesas siguieron bordeando la península hasta llegar al Guadalquivir, que no dudaron en remontar ya que Sevilla era una de las ciudades más prósperas de al-Andalus.

Fue una mañana del primeros de octubre del año 844 cuando los sevillanos atisbaron aterrados las velas de las embarcaciones vikingas que se acercaban remontando el Guadalquivir. Al verlos venir, el gobernador y los altos funcionarios de la ciudad huyeron a Carmona dejando a la población desprotegida.

Los aterrorizados habitantes de Sevilla intentaron la defensa pero de nada sirvió ante la fuerza guerrera de los normandos. Siete días duró el saqueo, durante los cuales los vikingos mataron, robaron y violaron a placer sin que nadie les opusiera resistencia.


Fue tal el impacto de la tragedia, que las crónicas históricas posteriores, como la de Ibn Hayyan o al-Razi, recogen, con palabras sobrecogedoras, la viva impresión que en toda la España musulmana produjo este hecho, cuyo eco perduraría en la memoria colectiva durante mucho tiempo.Los vikingos eran conocidos por los historiadores árabes como al-Urdumaniyyun, es decir, los normandos, aunque es mucho más frecuente encontrarlos citados como machus, es decir, “idólatras” o “los que adoran el fuego”.

En realidad existen noticias de ellos en la Península Ibérica desde el siglo anterior. En un principio se dedicaban al tráfico de esclavos que apresaban en Inglaterra e Irlanda y fue en el siglo IX cuando al negocio de los esclavos añadieron el pillaje y los saqueos. Como ha ocurrido en muchas ocasiones a lo largo de la historia los prisioneros ricos podían obtener la libertad a cambio de pagar fuertes rescates, mientras que los más pobres eran vendidos irremediablemente como esclavos.Una leyenda vinkinga habla de una ‘piedra solar’ brillante, que cuando se elevaba hacia el cielo, revelaba la posición del Sol incluso en un día nublado. Suena a magia, pero los científicos que miden las propiedades de la luz en el cielo dicen que los cristales polarizadores – que funcionan de la misma forma que la mítica piedra solar – podrían haber ayudado a los antiguos marinos a cruzar el Atlántico Norte. Una revisión de las pruebas se publica hoy en la revista Philosophical Transactions of the Royal Society B.

Los vikingos, lobos de mar de Escandinavia que viajaron mucho y se asentaron en gran número en el Norte de Europa, las Islas Británicas y el Atlántico Norte alrededor del 750 – 1050 d.C, eran hábiles navegantes, capaces de cruzar miles de kilómetros de mar abierto entre Noruega, Islandia y Groenlandia. La luz diurna perpetua durante la estación de verano en el extremo norte habría evitado que usaran las estrellas como guía para sus posiciones, y la brújula magnética aún no se había introducido en Europa – en cualquier caso, habría tenido un uso limitado tan cerca del Polo Norte.

Pero las leyendas vikingas, incluyendo la saga islandesa centrada en el héroe Sigurd, apunta a que estos marinos tenían otra ayuda de navegación a su disposición: una sólarsteinn, o piedra solar.

La saga describe cómo, durante condiciones de nieve o nubes, el Rey Olaf consultaba a Sigurd sobre la posición del Sol. Para comprobar la respuesta de Sigurd, Olaf “agarraba una piedra solar, miraba al cielo y veía de dónde procedía la luz, a partir de lo cual adivinaba la posición del invisible Sol”. En 1967, Thorkild Ramskou, un arqueólogo danés, sugirió que esta piedra podría haber sido un cristal polarizador tal como el espato de Islandia, una forma transparente de calcita, que es común en Escandinavia.

La luz consiste en ondas electromagnéticas que oscilan de forma perpendicular a la dirección en la que viaja la luz. Cuando las oscilaciones apuntan todas en la misma dirección, la luz está polarizada. Un cristal polarizador tal como la calcita permite que pase a través de ella sólo la luz polarizada procedente de ciertas direcciones, y puede aparecer brillante u oscura dependiendo de cómo esté orientada respecto a la luz.Por lo general, los guerreros vikingos no utilizaban armaduras que por un lado resultaban demasiado caras para el nórdico medio y, por otro, miembros de una cultura que ponía gran énfasis en el coraje en el combate no valoraba demasiado este tipo de protecciones. Sin embargo, los vikingos con recursos o más precavidos podían llevar algunas formas de armadura. La más común y cómoda estaba hecha de pieles superpuestas. Un buen conjunto de pesadas pieles y cuero endurecido podía detener flechas e incluso tajos de dagas y, a la vez, servir contra el frío del norte.
Por otro lado, los vikingos de mejor posición económica podían llevar una byrnie o cota de malla hecha de anillos metálicos entrelazados. Mientras los soldados europeos las usaban desde los pies hasta la cabeza, los nórdicos la usaban como una camisa de manga corta.

Contrariamente a lo que se cree y divulgó en el cine, los vikingos no llevaban yelmos con cuernos. En realidad, aquellos que podían permitirse alguna protección metálica para la cabeza llevaban simples cascos con protección para los ojos y una banda metálica como protector nasal.

Los que portaban espadas y hachas llevaban por lo general escudos redondos hechos a partir de tablones de madera unidos por un borde metálico circular que iba remachado. Algunas veces, la parte frontal del escudo iba cubierta con cuero pesado como protección adicional. Otras veces los pintaban de vivos colores o con símbolos guerreros, especialmente de su familia. Un escudo redondo exigía el uso completo de uno de los brazos del guerrero, pues era muy pesado y algo inmanejable pero proporcionaba gran protección y un hombre habilidoso con el escudo era muy difícil de alcanzar. Además era relativamente barato, lo que hacía muy populares a los escudos entre los invasores vikingos de recursos limitados.

Entre los piratas vikingos la espada y el hacha eran las armas preferidas. A diferencia de los europeos, no prestaban atención al combate a caballo, por lo que las armas más importantes eran las utilizadas en la pelea cuerpo a cuerpo.
La daga de veinte a cincuenta centímetros de largo era una herramienta de trabajo y también un arma muy utilizada. Por su parte, las espadas eran sencillas y prácticas, con una hoja de doble filo, un pequeño travesaño y una empuñadura para usar con una mano. No estaban demasiado afiladas, pues se usaban para golpear las armaduras más que para cortar. Los herreros vikingos las forjaban con un procedimiento de diseño entrelazado con repetidas mezclas de hierro y acero.
La espada vikinga era un arma ligera de una mano usada para dar cortes y pegar tajos, casi siempre combinándose con saltos y esquives rápidos.Los vikingos, admiradores de la fuerza, eran muy propensos al uso del hacha que servía como una útil herramienta de trabajo y como una temible y eficaz arma en la batalla. Acompañando al escudo y manejada con una sola mano, estaba fabricada con hierro, a veces con una delgada franja de acero en el filo. Su mango de más de un metro de largo permitía ejercer una gran fuerza en los golpes y fue aumentando de tamaño, peso y efectividad a lo largo de la historia. El hacha de batalla escandinava tenía un saliente al final de la hoja que era muy útil en el combate naval y servía como gancho para clavarla y trepar a las naves enemigas. Este particular saliente dio origen a la llamada "hacha de abordaje".
Las hachas arrojadizas no eran muy frecuentes debido a su costo y a la dificultad que entrañaba manejarlas con efectividad. Eran muy peligrosas y espectaculares, pero requerían de una gran fuerza y habilidad para ser lanzadas correctamente.
Por el contrario, la lanza era un arma muy habitual entre los nórdicos y tenía un gran valor en el combate naval. Usadas para la caza y la pesca tanto como para la batalla, eran básicamente armas arrojadizas o para clavarse en distancias cortas.

Otra arma muy común entre los vikingos era el poderoso martillo, debido a que requería un escaso mantenimiento y se podía fabricar a bajo costo. Al igual que el hacha, el martillo de guerra tenía una única cabeza golpeadora colocada sobre un mango de sesenta a noventa centímetros de longitud. Los nórdicos lo apreciaban por su contundencia a la hora de pulverizar los huesos de los oponentes, por mucha armadura que llevaran encima.

Aunque sean conocidos por sus saqueos en tierra, los combates entre vikingos acostumbraban a tomar la forma de batallas navales. Cada contrincante desplegaba su flota en hilera, con los mejores barcos en el centro, de los que destacaba el del líder, que navegaba en el mayor navío de todos. Las dos hileras enemigas chocaban frontalmente, y como los barcos vikingos eran incapaces, al contrario de sus homónimos mediterráneos, de embestir con el espolón, la única táctica que usaban para derrotar al contrario era la del abordaje. Antes del mismo, las tripulaciones de los barcos se cubrían con grandes escudos para evitar los proyectiles enemigos, de los que destacaban piedras y flechas.

En tierra, los escandinavos eran más sofisticados. Al desembarcar en territorio enemigo, la primera cosa que hacían los guerreros vikingos era construir un pequeño fuerte. De este modo fortificaban el lugar de desembarco, que era dejado con una pequeña guarnición que podía defender los barcos y suministros en caso de ser atacados por los enemigos. Con esta base asegurada los guerreros se lanzaban a saquear los territorios circundantes, aunque en caso de presencia enemiga militar podían formar una línea de batalla para derrotar a los oponentes.

 
El despliegue normal en estas ocasiones era similar al de la falange griega, formada por cinco o seis hileras de guerreros protegidos por grandes escudos, si bien en lugar de lanzas estaban equipados con grandes espadas o hachas. Su táctica tampoco tenía excesivas florituras, pues consistía en cargas frontales para aterrorizar al enemigo, confiando en su ferocidad para ganar el enfrentamiento. No es de extrañar que los vikingos difícilmente vencieran a contrincantes dotados de caballería, debido a que la suya propia era virtualmente inexistente, y su muralla de escudos era, por lo tanto, muy vulnerable a flanqueos y envolvimientos enemigos.

En la Inglaterra del siglo IX no existían ejércitos capaces de enfrentarse a los temibles vikingos. Por ese motivo, hacia el 860, estos invasores procedentes de Escandinavia empezaron a establecerse en la isla conquistando buena parte del centro.

Por otra parte, aunque Inglaterra fue su principal objetivo, los vikingos también se lanzaron a conquistar otras zonas más lejanas, como Irlanda, el norte del continente Europeo y Rusia. Su espíritu aventurero se hace patente en estas expediciones, y su fama de excelentes guerreros les valió numerosos empleos como tropas mercenarias. Así, los sucesivos príncipes rusos usaban vikingos en sus campañas, y los cedían además a sus aliados.

Un caso especial es el de la guardia personal del emperador bizantino, la Guardia Varega. Debido a las intrigas de la corte de Constantinopla el emperador Basilio II contrató en el siglo IX a 6.000 vikingos, los llamados Portadores del Hacha, que pasaron a formar la élite del ejército durante los siguientes trescientos años.



Berserkers...


Los Berserker eran guerreros vikingos que combatían en un estado de trance, semidesnudos, cubiertos con la piel de lobos, osos o venados. De hecho, la palabra Berserker está compuesta por Serkr (un tipo de camisa vikinga) y Berr ("Oso", también "desnudo").
Se creía que los Berserker era insensibles al dolor. Lamían y mordían el hierro de sus escudos, echaban espuma por la boca y emitían espantosos alaridos. Algunos estudiosos sospechan que no cualquiera podía convertirse en Berserker y que, en realidad, éstos eran seleccionados cuidadosamente. Cuando un niño vikingo mostraba convulsiones (para nosotros, los primeros síntomas de epilepsia) era rápidamente alistado en las filas de estos pavorosos licántropos.

Eruditos menos extravagantes han elaborado otra teoría sobre el temperamento feroz de los Berserkers: su comportamiento era una consecuencia natural de su dieta.

Al parecer, los Berserkers se alimentaban exclusivamente de carne cruda, de amanita muscaria (un tipo de hongo alucinógeno), y una especie de pastel elaborado con cerveza y pan contaminados por el cornezuelo del centeno, el cual contenía altísimos niveles de ácido lisérgico (precusor del LSD), y bebían cerveza de beleño fermentado, una de las plantas alucinógenas más potentes.

Esta dieta forjaba a los Berserkers y los hacía incontrolables en la batalla. Su furia era tan intensa que los vikingos solían atarlos a sus embarcaciones (Drakkar) para que éstos no se arrojaran al mar antes de llegar a la costa.

El final de los Berserkers llegó con el cristianismo. Muchos de ellos fueron alistados en la guardia personal de reyes y príncipes, se los respetaba y temía como guerreros y hombres de temperamento volátil. Los primeros cristianos, al enterarse de las espeluznantes metamorfosis de los Berserkers, lanzaron una letal campaña de difamación. Se los acusó, como a tantos otros, de pactar con el diablo. Fueron recluídos por la sociedad, tenidos por locos, y pronto fueron barridos de los ejércitos y las cortes. Algunos reyes los conservaron a modo de mascotas.

Los Eddas escandinavos ofrecen una visión diferente sobre el comportamiento de los Berserkers. No niegan el uso de alcaloides, pero aseguran que su furia guerrera explotaba luego de severas meditaciones. Al contrario de lo que sucedía en oriente, los Berserkers meditaban para extraer la parte animal en nosotros, para suprimir sus rasgos humanos y emerger en una personalidad bestial, descontrolada.

Así se los describe en la saga de Haraldskvæði:


Hablaré de los berserks, los catadores de sangre,
Aquellos héroes intrépidos, ¿como trataban
A los que se vadean en la batalla?
Piel de lobo les llaman.
Portan escudos sangrientos.
De puntas rojas son sus lanzas cuando marchan.
Forman un grupo apretado, cerrando filas.
El príncipe, en su sabiduría, confía en ellos,
En los que cortan los escudos enemigos.

Snorri Sturlson los describe en la saga de Ynglinga.


Los hombres de Odin se precipitaron hacia adelante sin armadura, locos como perros o lobos, fuertes como osos o bueyes, masacran a los príncipes de un solo golpe, y ni el fuego ni el hierro los atemoriza. Su furia es conocida como BerserkergangPara advertir la profunda significancia de los Berserkers deberíamos, en principio, verlos como algo más que guerreros. Eran místicos, en un sentido contrario al misticismo oriental, es decir, su autoexploración tenía como propósito extraer el horror en estado puro y trasmutarlo en una furia dirigida únicamente hacia sus enemigos.

Los Berserkers llegaron tan lejos como a las cortes de Bizancio, luchando bajo el mando de Constantino VII, donde eran considerados tropas de elite. En el oscuro De cerimoniis aulae byzantinae se detalla la Danza Gótica, una especie de ritual de transformación que los Berserkers efectuaban antes de entrar en combate.

Escandinavia los recluyó a los bosques y pequeñas compañías diseminadas en el yermo. Algunos melancólicos señalan que fueron los Berserkers quienes eligieron el olvido y la vida de los lobos
...Festival vikingo de Up Helly...fotos
                                              

1 comentario: