"¡Los capitalistas exigen el rojo sin fin! ¡Es vuestra sangre, chicos! ¡Pero más y todavía más va a ser exprimida!" Panfleto japonés en el que se anima a los norteamericanos que combaten en las Filipinas a deponer las armas.
El asedio de la Península de Batán ha dado comienzo hoy después de que las fuerzas norteamericanas y filipinas hayan completado su retirada de la Línea Layac. La Fuerza del Norte de Luzon ha sido renombrada como I Cuerpo Filipino y se compone de unos 22.500 hombres de las Divisiones de Infantería 1ª, 31ª, 71ª y 91ª, todas del Ejército Filipino, la 26ª División Filipina de Exploradores a Caballo, tropas mixtas y armas de apoyo. La Fuerza Defensiva de Batán, por otro lado, ha sido renombrada como II Cuerpo Filipino, integrada por unos 25.000 hombres de las Divisiones de Infantería 11ª, 21ª, 41ª y 51ª (del Ejército Filipino), la 57ª División de Infantería de la División Filipina y armas de apoyo.
Localización de Batán, un pequeño "diente" de la Isla de Luzón.
La defensa de Batán hasta el sur de las Montañas Mariveles ha quedado dividida de manera aproximadamente igual entre los dos cuerpos, quedando el I Cuerpo como responsable de la mitad occidental y el II Cuerpo de la mitad oriental. La Zona del Mando de Servicio se sitúa en el extremo sur bajo las Montañas Mariveles y es responsabilidad del General de Brigada A. C. McBride; en esta zona se encuentra la 2ª División de Policía Filipina, unidades de infantería provisional constituidas a partir de personal de las fuerzas aéreas y un batallón provisional de personal de la Marina y de los Marines.
Despliegue defensivo estadounidense en Batán.´
Las defensas estadounidenses de Batán están organizadas en profundidad: la línea principal de resistencia se extiende desde Mauban al oeste hasta Mabatang al este a lo largo de 32 kilómetros. Tras la línea principal se encuentra una segunda línea y en estos momentos se está constituyendo una tercera línea de retaguardia.
Salvoconducto japonés en el que se garantiza un trato especial a todo soldado filipino o norteamericano que al rendirse presente este documento.
Con todo este despliegue en este recóndito y diminuto rincón de las filipinas, los norteamericanos piensan poder resistir durante meses hasta que una fuerza mayor Aliada los rescate. Que alguien los perdone, porque no saben lo que dicen. Porque desde luego, el que no los perdonará será el Ejército Japonés, que en seguida les quitará las ilusiones a base de bombazos.
Media Malasia se encuentra ya en manos japonesas.
La campaña de Malasia hasta hoy.
Mientras tanto, los japoneses han desatado durante la madrugada de hoy un poderoso asalto con tanques e infantería con el que pretenden atravesar las posiciones de la 11ª División India sobre el Río Slim y recorrer rápidamente los 30 kilómetros que los separan de Kuala Lumpur. El 3º Cuerpo Indio no ha tardado en ceder terreno y comenzar a retirarse hacia el sur hacia Tanjong Malim entre el pueblo de Slim y el nudo de carreteras en Kuala Kubu.
El General Sir Archibald Wavell, nuevo Comandante en Jefe del Mando Australiano-Británico-Holandés-Americano (ABDA) en el Pacífico Sudoeste, acaba de llegar a Singapur, encontrándose con una situación calamitosa: los británicos están perdiendo la guerra.
Inspeccionando las defensas de Singapur. Formidables de cara al mar, pero inexistentes de cara al continente.
Wavell se ha dedicado a repartir rapapolvos a diestro y siniestro. El General de Brigada Ivan Simson, el Ingeniero Jefe, le ha mostrado a Wavell el lado norte de la Isla de Singapur, que carece completamente de defensas. No hay trabajos defensivos en construcción o siquiera planeados. Wavell, furioso, le ha preguntado al Teniente General Arthur Percival, Comandante de Malasia, porqué está así la situación; Percival le ha respondido que las defensas serían contraproducentes para la moral Aliada. Wavell le ha replicado que el impacto será todavía mayor cuando las tropas en retirada comiencen a cruzar la carretera elevada desde el continente y le ha ordenado a Percival ponerse manos a la obra de inmediato y levantar las debidas defensas, aunque lo cierto es que Percival ha decidido hacer caso omiso.
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