martes, 26 de febrero de 2013

Adolf Hitler : Perfil Psicológico


El gran interés que despierta la figura de Hitler se debe precisamente a los ribetes de su extraordinario tipo de personalidad y su halo de impenetrabilidad. Hitler poseía un extraordinario carisma capaz de envolver no sólo a las personas, sino también a las masas, además de poseer una gran oratoria gesticular muy estudiada. Una persona única e inigualable.


Muy pocas personas integraban su séquito personal, se pueden citar al fotógrafo Heinrich Hoffmann, Martin Bormann, Hermann Goering, Wilhelm Bruckner, Josef Dietrich, Joseph Goebbels, Julius Schaub, Julius Schreck y los arquitectos Geisler y Albert Speer, además de sus secretarias personales. A ellos les exigía lealtad a toda prueba y discreción.


No fumador, abstemio, vegetariano y ecologista y amante de los animales, promulgó las primeras leyes de la historia que penaban el maltrato a los animales. No permitía a sus colaboradores fumar y beber frente a él.


Una de las secretarias personales de Hitler, Traudl Junge, describió así la esencia que emanaba de la persona de Hitler: "Cuando estaba presente (Hitler), todo el edificio bullía de actividad, todos corrían, los teléfonos sonaban, los radioespectadores no cesaban de enviar y recibir notas de comunicados (...) Cuando él estaba ausente, todo volvía a una monótona normalidad, Hitler era como una especie de dinamo". Traudl Junge describió a Hitler como una persona muy considerada y afable.


También Rosa Mitterer, quien trabajó para Hitler durante su retiro en la montaña en Baviera en los años 30, y la única sobreviviente entre quienes sirvieron a Hitler antes de la Segunda Guerra Mundial, recuerda al Führer con cariño: "Fue un hombre encantador, alguien que sólo fue siempre agradable para mí, un gran jefe por quien trabajar. Pueden decir lo que quieran, pero él fue un buen hombre para nosotros". También afirmó no poder creer nada sobre los crímenes de guerra que la propaganda de posguerra aliada inventó contra su régimen. Mitterer mantuvo un voto de silencio respecto a aquellos años y decidió romperlo en diciembre de 2008.


Una de las características más relevantes de la personalidad de Hitler era la capacidad de impresionar a quienes lo rodeaban; había personas que podían ser muy fuertes y seguras en sus campos de acción, pero en presencia de Hitler estas personalidades se veían sorprendidas por la capacidad intelectual del Führer y sus conocimientos generales.


Cita Junge en sus remembranzas: "Hitler era vegetariano, gustaba del té y además no soportaba el calor; no se podía fumar en su presencia. Hitler se acostaba muy tarde".


Hitler predicaba con el ejemplo pagando sus propios costes personales sin derogar ningún fondo del Estado. Los ingresos de Hitler, hábilmente administrados por su secretario personal Martin Bormann, sucesor de Rudolf Hess, provenían de los derechos por su imagen postal y por su libro Mein Kampf.


Cuando le tocaba tratar temas variados sobre aspectos técnicos o militares, mostraba un acabado conocimiento de estos, llegando a sorprender a sus interlocutores.
Hitler era muy condescendiente con quienes mostraban valor y arrojo en combate; llegó a diseñar él mismo la Cruz de Brillantes, Espadas y Robles para Hans-Ulrich Rudel, el célebre piloto de Stukas.

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